lunes, 18 de febrero de 2008

Habia una vez.....

La mayoría de los cuentos que todos conocemos empiezan así, o también, Érase una vez….Este ultimo fin de semana he estado de retiro en casa, sin salir prácticamente a nada. Trabaje el sábado por la mañana en el otro trabajo (ya se sabe, con la economía como la tengo, necesito “pluriemplearme”). El sábado por la tarde, después de la siesta, mientras veía una película, estaba con mi nuevo ordenador, intentando recargar archivos que tenia en el antiguo. Lucia, mi sobrina pequeña, estaba haciendo los deberes del colegio. Los deberes de Lucia, consistían en leer un cuento y luego hacer un par de actividades relacionadas con el mismo. El cuento era “El soldadito de plomo”, un bonito cuento, que yo recordaba de niño. Pensé que a pesar de ser una bonita historia de amor, es un poco cruel, yo me acordaba que el valiente soldadito cojo y la bailarina de papel acababan los dos en el fuego de la chimenea. Incluso se lo comente a mi hermana Vero, que estaba sentada al lado de Lucia, ayudándole en las tareas. Cuando llego al final del relato, me di cuenta que habían cambiado el final, que el soldadito y la bailarina viven felices para siempre en el cuarto de los juguetes del niño.

Y yo me pregunto ¿es bueno cambiar el final de alguna historia porque no te guste? Me pregunto que tal hubiera quedado Casablanca si Humprey Bogart le hubiera dicho a Ingrid Bergman que mandara a paseo a su marido en el aeropuerto….En cualquier caso, para Lucia me pareció mejor final que el verdadero. Me acorde también de otro cuento, que lo vi en televisión representado en dibujos animados: “El príncipe feliz” y me acuerdo lo que llore al final (para mi vergüenza diré que tenia ya 12 años….) cuando la golondrina cae muerta de frío a los pies de la estatua del príncipe….Lo cierto y verdad es que la vida real es mucho más cruel y que a veces las recompensas solo están en la conciencia de cada uno. Ni tan siquiera los malos son tan evidentes como los lobos, como las polichinelas y como las madrastras. En nuestra época los malos se esconden en la piel de personas de carne y hueso, de intereses económicos, de presidentes de gobiernos corruptos, de generales de ejércitos que se creen los salvadores de la patria, de banqueros avariciosos, de psicópatas que matan porque un día se levantan de mal humor, de traficantes de drogas, de drogadictos que tienen el mono, de fanáticos religiosos o políticos que piensan que por defender sus ideas, vale todo, de maltratadores, de pederastas……..la realidad si que es cruel. Además, todos aquellos personajes que salen en los cuentos, en la realidad son bien distintos. Los reyes no llevan ni capa ni corona, las princesas salen en las revistas del corazón, los príncipes no van a caballo, pero “montan” a todo lo que se les pone por delante, los lobos trabajan en Walk Street y no se comen a las abuelitas, simplemente las desahucian y las echan de sus casas, Pinocho sale en los programas del corazón, lo que pasa es que lo único que le crece es la cuenta bancaria, y los tres cerditos aprovechan la burbuja inmobiliaria para forrarse. Blancanieves esta en la Isla de los Famosos y La bella Durmiente esta de jurado en Operación Triunfo….y yo, que a mis cuarenta, me he convertido en “gruñon”…..


Y hablando de cuentos, estamos casi en el punto de partida de la campaña electoral aquí en España. Ya en estos días de precampaña se han dicho de todo menos bonitos…. ya sabemos que esto forma parte del espectáculo. Para colmo de males, tengo a mi jefe algo Marianista, simpatizante de uno de los dos grandes partidos que me esta haciendo desde hace meses, campaña para que me haga de su ideología (a lo Darth Wader: “Luke pásate al lado oscuro…..”) simplemente porque le dije que no era de su partido y él automáticamente pensó que era del otro, como si en este país no hubieran más partidos o simple y llanamente que no soy de ninguno (cosa muy habitual también por cierto en este país, si no eres del Real Madrid, ya se sabe, eres del Barça….) Y por otro lado tengo a mi querida madre, Zapatera, que en estas épocas se convierte en “Dolores Ibárruri, la pasionaria” (¡¡¡a las barricadas!!!) y nos moviliza a todos para que vayamos a votar, claro esta, a su partido. Simplemente voy a parafrasear a Jose Luis Coll, un gran humorista español, que en la revista Interviú, hace ya unas décadas escribía una especie de diccionario con definiciones. En un número de la revista, también en época de precampaña apareció lo siguiente:



- Cuento: Caperucita Roja, Blancanieves y los siete enanitos, Los tres cerditos, Pinocho, etc., etc.



- Promesas Electorales: Caperucita Roja, Blancanieves y los siete enanitos, Los tres cerditos, Pinocho, etc., etc.


En fin, que Dios nos coja confesados……y colorin-colorado, este cuento se ha terminado.

2 comentarios:

Unknown dijo...

muy buena reflexión! pues no sé, yo pienso que no es malo que no todos los finales de los cuentos sean felices. Tampoco es cuestión de sobreproteger a los críos. Yo me leí cuentos con final no tan feliz, vi bambi, etc.. y no tengo ningún trauma por ello.. jejeje

Besos. Angie.

Patri dijo...

A mí un cuento que siempre me ha gustado pero me parecía muy triste era el de la sirenita...

¿Sabes qué pasó cuando vi la versión de Disney? Que lloré de emoción al ver que por fin mi querida sirenita se casaba con su principe.

Creo que sí, que a algunos cuentos es mejor cambiarles el final, ya la vida es bastante triste en muchas ocasiones.

Besotes cariño