viernes, 31 de agosto de 2007

1974 (IV) EL CORAZON QUE A TRIANA VA...



Creo que me he saltado la semana santa, a pesar de que pretendía ser lo más fiel cronológicamente hablando, me es a veces casi imposible. Mis recuerdos a veces me juegan malas pasadas. De todas maneras, recuerdo por aquella época (podría ser el año 1975 también) que la semana santa era algo terrible. Casi siempre estaba malo, si no estaba constipado, estaba con asma o cualquier otra dolencia. Recuerdo también que casi siempre había días de muchísimo calor y días que llovía casi como en un monzón. Recuerdo una de esas, que tenia fiebre y mi padre me trajo un cochecito de juguete que había comprado en el kiosco de prensa. También recuerdo los fascículos de la “Enciclopedia del Automóvil de Salvat” que mi padre por aquel entonces estaba coleccionando. Mi madre era quien siempre pasaba las noches en vela conmigo, cuando los ataques de asma eran tan fuertes, lo único que me aliviaba era que mi madre me meciera en su regazo hasta que rendido de puro agotamiento, me dormía. Y lo más terrible de todo, es que encima de que estabas malo, tampoco podías ver la tele, ya que solo había misas, procesiones y música sacra. Los bares, cines y demás establecimientos de ocio se cerraban, España era una, grande, libre…y por supuesto, como Dios manda, Católica y apostólica….
Creo que seria por mayo o por junio, cuando nos fuimos de viaje. Mi padre casi nunca tenía vacaciones, por lo que aquello de irnos de viaje, fue todo un acontecimiento. El destino, Sevilla, donde vivía mi abuelo Pepe (el padre de mi madre). Mi abuelo enviudo de mi abuela nada más nacer mi madre. Después estuvo unos años en la cárcel (por sus ideas políticas) y al salir, conoció a mi abuela, Carmen (para mi, a pesar de no ser la madre de mi madre, es mi abuela, siempre lo ha sido….). Después se marcharon a vivir a Sevilla, donde mi abuelo tenía un hermano que le ofreció trabajo, y mi madre, que ya había conocido a mi padre, decidió quedarse a vivir en Alicante. Allí en Sevilla, unos pocos años antes de yo nacer, nació mi tía, Mari. Yo nací unos pocos años después, por eso, más una tía, es como si fuera una hermana mayor para mi.
De Alicante a Sevilla hay aproximadamente unos 600 km., no es mucho, mirándolo hoy en día, pero tal y como eran las carreteras de aquella época y los coches que habían por entonces, esos 600 km. se hacían eternos, de hecho, el viaje se hizo en 11 horas… Salimos a eso de las 5 de la madrugada, pasamos primero por la panadería del barrio a comprar pan recién hecho, para el viaje. Aquel 1500 iba cargado hasta los topes, detrás, íbamos mi bisabuela, mis hermanos Elisa y Fernando y yo. En el asiento delantero, que era todo corrido, ya que el cambio de marchas estaba en el volante, iban mis padres y en una especie de canastilla, mi hermana Vero. Recuerdo como ver el amanecer desde el parabrisas trasero del coche, con el ronroneo de aquel motor Perkins, sobre todo los colores del cielo, que precioso me pareció. Paramos varias veces, una de aquellas paradas fue en Loja, provincia de Granada, donde compramos “piononos”, unos dulces típicos de la zona. Eran ya sobre las 11 de la mañana, llevábamos como 6 horas de viaje, y cuando nos volvimos a subir al coche, y mi padre arranco, se coló la rueda delantera derecha en un socavón que mi padre no había visto. Recuerdo como un grupo de hombres salio al auxilio de mi padre, como entre todos, empujaron el coche y al final salio. Llegamos a Sevilla a eso de las 4 de la tarde…hacia mucho calor. La casa de mis abuelos estaba en Triana, el populoso barrio de Sevilla, era un edificio moderno, mis abuelos vivían en el piso 8º, con lo cual, para nosotros, otra novedad, el ascensor. Nosotros en Alicante, vivíamos en un piso 3º, de un edificio que no tenía ascensores….
No se exactamente cuantos días estuvimos, pero a diferencia de lo que ocurría con la familia de mi padre, éste en Sevilla, estaba muy a gusto. Quizás es porque mi abuelo lo quería también mucho. Mi abuelo le pedía consejo sobre su coche y mi padre se desvivía por agradar a mi abuelo. Recuerdo que una mañana, salimos a pasear mi padre y yo solos. Llegamos andando hasta la calle Betis, que esta pegada al Guadalquivir, y allí vimos a un pescador que estaba pescando en el río. A mi padre le gustaba la pesca, así que entablo conversación con el pescador. Delante de nosotros saco un pescado enorme y nos lo regalo. Cuando llegamos a casa de mi abuelo, lo metimos dentro de la bañera, y el pez empezó a nadar…. No se si al final nos lo comimos. Sevilla es una ciudad muy bonita, incluso en mis recuerdos de niño, me impresiona lo bonita que me pareció ya en esa época. Recuerdo pasear todos por la plaza de España, con los coches de caballos por allí, recuerdo una noche cenando en el barrio de Santa Cruz, y también recuerdo una tarde, que vimos la esclusa del río. Recuerdo que una tarde mi hermana Vero se comió ella sola como media docena de plátanos. Otra cosa que recuerdo, con cierta gracia, fue como entre mi hermana Elisa y mi tía Mari, me disfrazaron con un viejo traje de faralaes de mi tía, de sevillana; me pusieron pendientes y collares, y yo, como un tonto, me deje hacer. También recuerdo como mi abuelo me hecho una bronca porque una noche no me podía dormir, había visto en la tele un programa donde salía un esqueleto, y a mi me daba miedo dormir. Es curioso, recuerdo mucho los olores, y mi abuelo tenia un olor también muy especial y característico. Me acuerdo del aquel SIMCA 1000 de color azul marino que tenia. El día que volvimos, cambiamos de ruta, en vez de irnos por Granada, fuimos por el centro, por Ciudad Real-Albacete, mi abuelo nos acompaño hasta pasado Córdoba, esa parte del viaje, lo hice en el SIMCA, con mi abuelo. El viaje de vuelta fue igual o peor de tortuoso, y a la entrada del barrio, mi hermano Fernando dijo:….”pues yo no quiero ir a casa, yo quiero dar una vuelta con coche…..”. En general, fueron unos días inolvidables, que me impactaron mucho, creo que es uno por no decir, el mejor recuerdo que tengo de mi niñez.






Sevilla, en el parque de los Príncipes.

jueves, 30 de agosto de 2007

Cerrado por vacaciones

Cuaderno de bitácora, fecha estelar 0126.18
Queridos navegantes, me despido de Vds. por un tiempo, ya que por fin, han llegado mis ansiadas y esperadas vacaciones. Me voy un par de semanas, no tengo de momento, más, con lo cual, espero aprovecharlas al máximo. Me iré unos días a Sevilla a ver a familiares y amigos que tengo allí, en la preciosa capital hispalense.
Espero que mi habituales aguarden mi regreso, que las nuevas incorporaciones encuentren mi blog interesante y sobre todo, volver con ideas nuevas, con vivencias divertidas y con esperanzas retomadas.
Hace casi dos meses que empecé en esto del blog, en aquel momento salía de una profunda depresión, que todavía estoy tratando con mi psicóloga. El hecho de escribir me ha ayudado mucho, y tengo que reconocer, que el contacto con otras personas ha sido (y sigue siendo) muy gratificante. El visitar otros blog, además, me ha hecho aprender y apreciar cosas, es realmente enriquecedor leer artículos de gente que esta a miles de kilómetros de tu casa, gente con vivencias similares o totalmente distintas a las tuyas propias. Y sobre todo, esa camaradería, esas personas que ya considero “amigos” y el hecho de poder compartir con ellos tus vivencias.
Ahora, en esta especie de resumen y despedida (momentánea, ya lo he dicho) echando la vista atrás soy consciente de los cambios que se han producido en mi vida, y que en una parte, el blog a contribuido a ello. Mañana publicare un nuevo “capítulo” de 1974, espero que les guste tanto o más que los anteriores.
También les comunico que mi “enfermedad” ha durado muy poquito, ha sido breve, pero intensa. Pero esa es otra historia….
Deseo a todos mucha prosperidad y una larga vida “bloguera”. Y como dijo el General McArthur, levantando sus gafas de sol Ray-ban: “volveré”

martes, 28 de agosto de 2007

Premio (2ª parte)

Cuaderno de Bitácora, fecha estelar 0124.14
Queridos navegantes: el premio que me han "concedido" por así decirlo lleva consigo además la posibilidad de pasarlo a otros, con un mínimo de 7. Yo por desgracia, mis habituales los comparto con mi amigo Garfio, con lo cual, pocos me quedan donde pueda premiar, así que me limitare a nominar solo a estos 4 magníficos "blogueros":
- Luis Mirkovich (Luis) Un toque de creatividad artística desde Mexico, fue uno de los primeros en visitarme, por eso le tengo un especial afecto.
-Dios en las Vegas (F.Fabian) Un bloguero excelente, con artículos interesantes, y sobre todo, un buen compañero de blog. Gracias por su información acerta de la nueva película de Star Trek.
-La Gata Flora (Patricia) La sensatez de una mujer, con un sentido del humor muy especial. Todavia nos conocemos poco, pero espero seguir visitando su blog.
-Jo Flipe (Alex) Otro amigo que conozco en persona.
También quisiera mencionar, aunque ya esten premiados, a Cosas cotidianas (Patri) por su cariño, una excelente bloguera; menciono también a Los Sin-logismos (Bugman) por su estilo elegante y su excepcional sentido del humor; y como no a A ver A ver (Gentleman) por compartir esas angustias propias de nuestra edad.
No estoy muy acostumbrado a que me premien, por eso quiero pedir disculpas por mis torpes palabras, sinceramente estoy algo abrumado. Saludos a todos los blogueros y como dicen en mi planeta: Larga y próspera vida.

lunes, 27 de agosto de 2007

Premio (1ª parte)

Cuaderno de bitácora, fecha estelar 0123.19

Sorprendido, muy sorprendido, pero tal y como estoy viviendo estos días, no me extraña. Realmente no lo esperaba, y dudo mucho de que el premio sea por mis cualidades "blogueras"; es más, casí estoy convencido de que es por mi amistad con nuestro común amigo, Garfio. Cuando salga de mi asombro, espero que a la mayor brevedad posible, elaborare una lista de nominados. Hasta entonces, le doy las gracias a todos aquellos que con sus visitas y comentarios me hacen sentirme que formo parte de algo...., y por supuesto, a mi querido amigo Garfio. Saludos y larga y próspera vida.

Enfermedad

Cuaderno de bitácora, fecha estelar 0123.17

Queridos navegantes, no, no se preocupen, no es nada grave, ¿o quizás si? El caso es que en este fin de semana he contraido una curiosa enfermedad, propia de los humanos y que a mi, como medio vulcano que soy, me fascina aunque me asusta un poco. Me he enamorado perdidamente, he conocido a una persona maravillosa, y parece que soy correspondido. Hacia tiempo ya que no sentia esto por nadie, y de hecho, casi habia llegado al convencimiento de que nunca más volveria a enamorarme de nadie (gran error, ¡que ignorante se puede ser!) . Estoy muy féliz, pero al mismo tiempo tengo una sensación de pánico, de sentir que pierdo el contacto con la realidad y con el suelo. Habia oido el dicho de "mariposas en el estómago", pues yo debo de tener elefantes en estampida. Mi lógica vulcana me dice que temple un poco, que todavia es demasiado pronto, que todavia no conoces bien a la persona....pero el corazón, es más fuerte que la lógica, eso hasta incluso en Vulcano lo sabemos.
Pido disculpas a la concurrencia, ya que creo que últimamente estoy muy sentimental y muy humano, algo tan impropio de un vulcano. Solo me queda decir, que no se cuando se me pasara esta enfermedad, quizás cuando se haya consolidado la relación, o quizás cuando vuelva a pegarme otro batacazo contra el duro suelo......
Larga y próspera vida.......con amor.

miércoles, 22 de agosto de 2007

Tinajas, provincia de Cuenca

Cuaderno de bitácora, fecha estelar 0118.20

Queridos navegantes, he pasado unas mini-vacaciones de fin de semana en el pueblo natal de una buena amiga mia. Es un pueblecito pequeño, de aproximadamente unos 300 habitantes, pero que en estas fechas, y más este fin de semana que eran las fiestas patronales; su población crece hasta los 1.500 habitantes aproximadamente. Rodeado de ese paisaje entre seco y verde de la Alcarria, al norte de la provincia de Cuenca. Con esa temperatura cálida y seca durante el día y fresca durante la noche. Y sobre todo, esa sensación de paz, de estar aislado del mundo estresante de las ciudades. El hecho de vivir así es lo que más relaja, sin tener que utilizar vehículo alguno para desplazarte por el pueblo, con ese silencio, esa forma tan tranquila de vivir. Ves a los niños jugar en la calle, ahora impensable en nuestras "civilizadas" y modernas ciudades. Imagino que España esta llena de pueblecitos como Tinajas, yo desde aqui, recomiendo ese tipo de turismo, merece la pena unos días de tranquilidad. Saludos

jueves, 16 de agosto de 2007

Ohhhh.....

Pense que estos días iba a disfrutar, que unos días sin las niñas ni mi familia me vendrian bien...Y si, cierto es que ayer pase un dia genial, por la mañana estuve en la playa, comi en una típico chirinquito playero la habitual paella y sangria al más puro estilo turista. He cogido un buen color de piel y estoy bastante relajado; pero las echo de menos. Mi madre llego a decirme que me pagaba el viaje a Disneyland Paris, y yo lo rechace (le tengo cierta mania a los parques llamados "temáticos") y ahora, no hago más que imaginarlas allí, la carita dulce de Lucia y los ojazos azules de Barbara....en fin, creo que llevo demasiado tiempo en este planeta y tengo demasiadas emociones humanas....¿seré un vulcano apasionado?

miércoles, 15 de agosto de 2007

1974 (III) Waterloo

Aquella bicicleta era preciosa, una Orbea de los años 50, más o menos, restaurada por mi padre. Era de color verde metalizado, el sillín era de cuero y tenia hasta su bomba de aire para hinchar las ruedas. Aquellos primeros domingos del mes de abril, en el campo de fútbol, aprendí a montar en bicicleta, con la infinita paciencia de mi padre. Durante todo ese mes, tuve las rodillas y las piernas llenas de moratones, magulladuras y demás señales, que yo mostraba orgulloso los lunes en el colegio, como heridas de guerra.
A principios de abril, también se celebro lo que era todo un acontecimiento televisivo de primer orden, el Festival de la canción de Eurovisión. Esa noche, recuerdo que mi padre se ducho y se puso un pijama nuevo, mi madre estaba preparando la cena, y mis hermanos y yo, estábamos muy nerviosos esperando que empezara el festival. Aquella edición, España mando nada más y nada menos que a Peret con una rumba muy pegadiza que decía algo así como “canta y se feliz….” No recuerdo en que lugar quedo, pero si recuerdo los nerviosismos de las votaciones, la rabia de saber que no ganaba España. Aquella noche, en los intermedios, pusieron un anuncio de una película que estrenaban en el cine, “el coloso en llamas”, aquel anuncio me impacto de tal forma, que estuve durante unos días soñando con edificios que se quemaban y que yo me encontraba dentro; siempre le he tenido miedo al fuego, y a morir quemado. Esa noche, todos nos acostábamos tarde, había que ver el festival, recuerdo después de cenar, en la mesita de estar, la botella de whiski Dyc y los cigarrillos que fumaba mi padre, de la marca Winston, y yo pensé que si algún día fumara, que fumaría esa marca. En fin, volviendo al festival, gano Suecia, con la canción Waterloo, cantada por el grupo ABBA. Aunque hubiera preferido que ganara España, reconozco que aquella canción sueca y aquel grupo me gusto.
Un par de semanas después me tocaba revisión médica. En aquel entonces el médico que me trataba el asma estaba en un pueblo de montaña, a unos 120 kilómetros de nuestra casa, y cada vez que íbamos era como irse a un largo viaje. Este viaje ya empezó mal, porque la noche anterior habían estado en casa un matrimonio amigo de mis padres, Manolo y Vicentina, algo más jóvenes que mis padres, recién casados y sin hijos. Parece ser que mi padre se paso un poco con la bebida, y al día siguiente, tenia lo que yo tarde muchos años después en descubrir, una “resaca”. El caso es que al levantarme, mientras mi madre terminaba de vestirme y peinarme, se peleaba y discutía con mi padre; no se, aquello me produzco una sensación de mucha tristeza y enfado con él, de alguna forma sentía que mi madre tenia razón. Al final de aquella discusión, terminamos de vestirnos y nos fuimos, aunque mi padre no conducía, nos fuimos en el Morris 1100 Traveller de Manolo, con Vicentina, mi madre, mi padre y yo. Teníamos que subir por un puerto de montaña llamado “la carrasqueta” y que en aquella época era algo peligroso. Las carreteras eran estrechas y las curvas eran bastante pronunciadas. Llegamos a media mañana a la plaza del pueblo, donde estaba la consulta de Don Honorio, así se llamaba el médico. Según su diagnostico, lo que me producía el asma era una “mancha” en los bronquios y su tratamiento consistía básicamente en atiborrarme a pastillas de cortisona (recuerdo hasta la marca, “Dacortin”). Aquella consulta era como una mezcla entre el laboratorio del Dr. Frankenstein y un coqueto salón de té ingles de principios de siglo. En su consulta, tenia una máquina de rayos x, metálica, de la marca General Electric (me quedaba boquiabierto mirando el escudo de “General Electric”); me hacia desnudarme de cintura para arriba, y me ponía dentro de aquella máquina. Se apagaban las luces y yo oía como le decía a mi madre: “….lo ve, ahí esta la mancha, eso es lo que le produce el asma….”
Lo mejor de aquellos viajes, era que después de la consulta, como casi siempre salíamos alrededor de al mediodía, nos quedábamos a comer en una especie de bar-bodega que había en la plaza del pueblo. Mi madre casi siempre compraba allí mismo embutidos, que eran muy buenos. La anécdota de aquel día fue que Vicentina, pidió un “montadito” de morcilla y le sirvieron un pedazo de bocata de casi dos palmos de grande.
Los sábados por la mañana, normalmente, mi padre no trabajaba. Se levantaba a la misma hora que todos los días, se vestía con ropa más o menos sport, y se iba con su moto a ver a su madre. Yo, algunos sábados, si me levantaba temprano como él, le acompañaba. Aprovechaba también ese día para los papeleos bancarios, que de ellos se encargaba mi tío Carlos, y bueno, si luego quedaba tiempo, paseábamos viendo tiendas, sobre todo de libros. Recuerdo uno de esos sábados, que nos fuimos en un Renault Dauphine que mi padre estaba reparando; aparcamos en el centro de la ciudad, donde residía mi abuela. Desayunamos con ella en su casa, ella siempre me daba un billete de 100 pesetas que se suponía que yo tenia que repartir con mis hermanos (a veces no lo hacia, lo reconozco…) y después nos fuimos andando por las tiendas del centro de la ciudad. Cuando termino aquel paseo, nos fuimos al taller, y mi padre me dijo: “….he vendido el Ford, te voy a enseñar el coche que he comprado…” Era un precioso SEAT 1500 e color gris marengo y con motor diesel…en aquellos años, un “cochazo”….

lunes, 13 de agosto de 2007

Amante Bandido

Queridos navegantes, la música es una de mis aficiones, aunque reconozco que no soy lo que se dice un "erudito" en la materia. Como dice un amigo," yo no entiendo de música, entiendo lo que me gusta". A mi principalmente me gusta el rock, llevo un rockero en mis venas, aunque no me entusiasma el Heavy metal, y sobre todo, me gusta los grupos de los 60-70. También me gusta mucho el Jazz. Digo todo esto porque este viernes me fui a un concierto de un cantante, que sin estar dentro de los estilos que he nombrado, tengo que reconocer que me gusta. El concierto era de Miguel Bose, me fui con mis amigas Mª Jose (fan incondicional desde los 7 años) y Nicole (como extranjera, no conocia prácticamente nada de su música, exceptuando lo que sale en los programas del corazón). Yo iba con la idea de pasarlo bien, aunque suponia que no iba a ver "el concierto del siglo" y reconozco que su música no pasará a la historia como una "genialidad", pero no me defraudo. Desde el primer momento que aparecio en el escenario, fue una pasada, y a pesar de la temperatura, 29 grados a las 10.30 de la noche, con un 62% de humedad. Su presencia ya era de por sí un espectáculo. Esa forma tan particular de bailar y moverse en el escenario (reconozco también que ya no es como al principio de su carrera, pero claro estamos hablando de alguién que tiene 51 años...), su belleza física (ahí también reconozco que es cuestión de gustos, a mi me parece un hombre muy atractivo) y sobre todo, todos los músicos y profesionales que lleva a su alrededor. El público, principalmente femenino, como imaginaran, vibraba con los contoneos sobre el escenario, no habia asistido nunca a un concierto donde el público y el artista estuvieran tan a tono el uno con el otro. Él parecia crecerse con la reacción de un público totalmente entregado. Y otra cosa que me gusto muchisimo, es que sin ser un concierto en plan melodico-romantico, sino más bien todo lo contrario, era la tranquilidad-cordialidad de la gente, no hubo altercados, ni empujones ni malas cosas, y eso que el recinto estaba a rebosar. Todo un espéctaculo, salte, baile, cante, grite como una "vulgar quinceañera" y sobre todo me lo pase genial. Una cosa pense durante el concierto, y es que cuando Miguel Bose empezo su carrera, en este país empezo a correr el rumor de que era homosexual, él también reconozco que ha jugado (o sigue jugando) con esa ambiguedad. El caso es que hace como 23 años fui a comprarme el single (en vinilo, por supuesto) de la canción "amante bandido" y me dio mucha verguenza comprar el disco, ya que en mi cabeza, creia que los demas pensaban que un chico comprará un disco de Miguel Bose era porque era gay. Me hizo gracia recordar esto, y dije para mi; "fijate, si aquel chico de 17 años se viera ahora.........."

jueves, 9 de agosto de 2007

No debemos olvidar....

Hoy se cumplen 62 años del lanzamiento de la segunda bomba atómica, sobre la ciudad de Nagasaki, 3 días después del lanzamiento de la primera bomba atómica, el 6 de agosto de 1945 sobre la ciudad de Hiroshima. Me faltarían palabras y adjetivos para describir tal horror, así que simplemente voy a poner unas fotos e invitar a una reflexión. No debemos olvidar cosas como esta, ya que de lo contrario, estaremos condenados a repetirlas......Larga y próspera vida....¡¡¡en paz!!!!



Iglesia Católica en Hiroshima.











Hiroshima, la cúpula de Gembaku

















Nagasaki, antes y después.














Explosión atómica sobre la ciudad de Nagasaki.






miércoles, 8 de agosto de 2007

Cuestión de Pies

Las hay de diversos colores, las hay de diversos materiales, de cuero, de goma, de fieltro, de plástico, las hay con adornos, las hay simples, las hay de diseño, las hay por 1 euro, las hay hasta por 200 euros....las chanclas (creo que en inglés se les llama flip-flop o algo así). El caso es que desde hace unos años, por cuestiones de no se que, se han puesto de moda y todo el mundo las lleva. No pongo en duda que son realmente cómodas, y que pueden ser un alivio para los pies. Yo recuerdo de pequeño que se ultilizaban para ir a la playa o de calzado de estar por casa, incluso en una época no las encontrabas, porque casi nadie las llevaba. El caso es que no se porque, no me gusta llevar el pie descubierto, me siento incomodo, y por eso les tengo tanta manía. Y encima, las veo a todos y a todo el mundo, solo me fijo en esos pies, algunos algo descuidados, y me fastidia. Y el sonido de algunos cuando van andando con ellas: "plast, plast, plast", me saca de quicio. Para colmo de males, ya lo último en moda, es ir de traje con semejante calzado.....

A pesar de todo esto, les debo hacer una confesión, tengo un par de ellas desde hace dos años, y últimamente me las pongo para ir a la calle....he sucumbido a la moda. Larga y próspera vida.

miércoles, 1 de agosto de 2007

1974 (II) El mercader de Venecia...

No recuerdo muy bien los juguetes que estrene el día de reyes de 1974, pero imagino que serian coches, coches, muchos coches. Si que recuerdo un Mercedes W111 teledirigido, con los faros escamoteables, que se accionaban con una palanca dentro del salpicadero. Los coches, desde muy pequeño, han sido siempre mi pasión, por cierto, alimentada por mi padre. Mi padre trabajaba en su propio taller de coches, por lo que en mi casa, el automovilismo ha estado siempre muy presente.
El barrio de San Gabriel en aquella época era más que un barrio, era un pueblo. Y no solo por la forma de vida, incluso en su estructura física, era como un pueblo. Por el norte, aislado de la ciudad por una rambla natural llamada de forma coloquial, “el barranco de las ovejas”, y rodeado de campo al sur y oeste, y por el este, el mar; la única vía de comunicación era la “carretera de Elche” que estaba entre el barrio y el mar; y para darle todavía más sensación de aislamiento, al otro lado de la rambla, entre la ciudad y ésta, estaba la fábrica de la “Cros”, una fábrica de fertilizantes y abonos, bastante grande. Nuestro edificio estaba justo delante de la rambla, enfrente de la fábrica. Como aquí en esta zona, las lluvias son muy escasas, en esa rambla, se había instalado un campo de fútbol, donde se jugaban partidos los sábados y domingos, pero que entre semana, era territorio de nosotros, los niños del barrio. A veces pasaba algún pastor con un rebaño de ovejas, de ahí el nombre. Lo cierto y verdad es que cuando llovía seguido durante unos días, aquella rambla se llenaba de agua, el campo quedaba anegado y daba la impresión que vivías en la orilla de un caudaloso río.
El colegio público estaba calle arriba, en la plaza principal y pegado literalmente hablando, a la iglesia. Don Vicente, el párroco, era un hombre grande, algo mayor y muy alto. Mi padre lo conocía porque antes había sido el párroco de un amigo de mi padre en otro barrio de la ciudad, y como mi padre decía, era de los “de la vieja escuela”. Recuerdo que un domingo, en su homilía, se puso a criticar a una vecina que estando todavía soltera, se había quedado embarazada. También recuerdo que una tarde, se presentó en clase, la profesora le cedió su asiento, y empezamos todos a rezar algo yo no entendía muy bien que era, y que siempre parecía que repetíamos lo mismo una y otra vez, ahora de mayor ya se que estábamos rezando el santo rosario. En esos primeros meses del año, ya que estábamos huérfanos de profesora, nos toco quedarnos en la clase de 4º de E.G.B.(Educación General Básica), con niños y niñas de 9 a 10 años, que a nosotros, nos parecían hombretones y mujeronas hechos y derechos. No recuerdo muy bien el nombre de la profesora, era una señora algo mayor, algo rellenita, y que al entrar, teníamos que esperar de pie, y cuando ella entraba, nos poníamos a rezar. Sus rezos duraban aproximadamente como tres cuartos de hora, y donde ella parecía entrar en trance como una médium. Hablaba de política, del Generalísimo que Dios guardara muchos años, de lo que habría que hacerle a los sinvergüenzas de los terroristas….., y así durante un buen rato…. Lo bueno de todo esto, era que entre que terminaban los rezos y te ponías a trabajar, enseguida sonaba la sirena para salir al recreo. Como yo era muy bajito y estaba muy delgadito, tenia que sentarme delante, en primera fila, porque si no, me era imposible ver la pizarra. A aquella profesora le llamaba mucho la atención, y siempre al entrar, antes de empezar sus “rezos” me pasaba la mano por mi cabeza, sonriéndome y diciéndome “ay, que rubiales que somos” …..(en aquellos tiempos, era bastante rubio, con los años, cambie a castaño claro).
Se acercaba el día del padre y mi madre me compró una postal donde salía un niño vestido con un mono de trabajo y con la cara manchada de grasa, subido en la aleta delantera de un Citroen 2 CV haciendo como que estaba reparando el motor. Mi madre me hizo que le pusiera detrás, con aquellas primeras letras que ya escribía: “felicidades papá”. Aquella postal estuvo en el tablón de anuncios que tenia mi padre en su taller hasta el día que lo cerró, en 1989 (Incluso es posible, que si busco por todos los papeles de mi padre, quizás la encuentre…). El día del padre, 19 de marzo, era un día especial, aparte de celebrarlo por mi padre, también era el santo de mi padre, mi madre, mi abuelo y yo. Casi siempre nos íbamos a comer a algún restaurante y nos acompañaban mi tío Carlos (hermano de mi padre) con su mujer y mi abuela Concha (la madre de mi padre). Siempre había tensiones y mosqueos en casa, mi madre parecía estar molesta con estas visitas, había algo entre mi madre y ellos que no funcionaba, y que yo tarde algunos años en darme cuenta. En cualquier caso, a mis 6 años me daba alegría de ver a mi abuela, a mi tío Carlos y a su mujer, Helen.
En aquella época veía mucho la televisión y no solo los programas infantiles, sino también el teatro, me gustaba mucho, aunque reconozco a veces no entendía muchas cosas. Recuerdo en especial, al actor Jose Mª Rodero, nuestro particular “Laurence Oliver” interpretando obras de Shakespeare. Recuerdo “El mercader de Venecia” se me quedaron muy grabadas esas palabras que decían “…media libra de carne de al lado del corazón….” Los sábados al mediodía ponían los dibujos de la pantera rosa, claro que en nuestro televisor la veíamos de color gris, y después, casi siempre ponían películas del oeste o de Tarzán (las antiguas, las de Johnny Weissmuller).

El comisario Mcmillan, Sally, su esposa
es la de la derecha.

Pero a mi, lo que más me gustaba eran los domingos por la noche, cuando hacían la serie policíaca “El comisario Mcmillan y su esposa” (el título original era “Mcmillan & wife”) interpretado por Susan Saint James y Rock Hudson. Me encantaba esa serie, quizás por los comentarios sarcásticos de Mildred, la sirvienta, por el MG TD que tenia la Sra. Mcmillan…. El caso es que ahí empezó mi admiración por Rock Hudson (me encantan aquellas viejas películas que hizo en los 60 con Doris Day….).
Unos días después de mi santo, una noche mi padre tardaba mucho en llegar a casa, y después de mucho esperar, mi madre me mando acostar. Al poco tiempo de estar en la cama, oí la puerta, oí a mis padres hablar y como se acercaban a mi habitación, encendieron la luz y mi padre entró con una preciosa bicicleta……