Como pacifista, amante del dialogo y del respecto por todo ser vivo que habita en este planeta, cualquier forma de violencia me repugna. Si esa violencia va contra un ser indefenso, me indigna más todavía. Por eso, el argumento que sostienen los antitaurinos sobre la tortura de un animal indefenso con el único fin de servir de “espectáculo” me resulta irrefutable. Ese es el argumento base y no puedo rebatirlo.
Mi bisabuelo José María, al acabar la guerra civil, se quedo sin trabajo y sin dinero. José María, ya un hombre algo mayor, consiguió a mediados de los años 40, un trabajo de “mozo”en la Plaza de Toros de Alicante. Al morir mi abuela y mi abuelo entrar en la cárcel, mis bisabuelos si hicieron cargo de mi madre, de apenas 1 año de vida. Aquella niña de cabellos rubios y ondulados creció con mis bisabuelos. José María a veces, se llevaba a aquella niña de ya 6 ó 7 años a la plaza de toros. Mi madre recuerda desde muy niña haber vivido el ambiente taurino muy desde dentro, y a veces, en una más que privilegiada posición. Mi bisabuelo la sentaba encima de uno de los pilares que sujetaban las puertas de los toriles que daban al ruedo….vamos, mejor que en “barrera”. Mi madre recuerda haber visto a grandes figuras de finales de los años 40 y principios de los 50 en aquella plaza. Incluso a veces nos ha contado la historia de que el rejoneador Álvaro Domecq la vio allí sentada con 5 ó 6 años, y la cogió y se la subió al caballo dándole una vuelta al ruedo en él. A mi madre le gusta ver en televisión las corridas de toros que emiten a veces las televisiones. Mi madre entiende bastante del “arte” taurino: la lidia, el arte de varas, etc….Yo nunca había visto una corrida de toros en vivo y pensaba que antes de opinar sobre el debate, que tenia que verlo en directo para opinar. Mi madre me invito hace ya unos cuantos años, con un gran esfuerzo, a la corrida de la feria de San Juan de Alicante, la del mismo 24 de junio, día de San Juan, y que claro, es la más importante del festival taurino alicantino. Para colmo, mi madre compro 2 taquillas en el tendido de sombra, mucho más caro, y casi en exclusiva, destinado a los verdaderos amantes del toreo. Para gran sorpresa mía, aquel espectáculo no me desagrado, incluso diría que casi me gusto….Mi madre me explico el porque de cada cosa, el porque de cada ritual y debo de reconocer que tiene cierta lógica y que es un espectáculo muy vistoso (exceptuando la sangre y el sufrimiento animal, que quede claro…..por favor….) La lidia en sí misma, eso es, el torero frente al toro simplemente con su capote, es algo muy bonito y vistoso, es como un baile entre el animal y el torero….Sinceramente, si tengo que ser honrado con ustedes y conmigo mismo, tengo sentimientos enfrentados.
Básicamente y como ya he dicho en un principio, la tortura a un animal indefenso con el único fin de servir de entretenimiento es irrefutable, pero ahora bien, no estoy de acuerdo en decir que eso no es arte, que no es cultura, que no significa nada. Queramos o no, los toros forman parte de nuestra historia y de algún modo han dejado una impronta en nuestra cultura: El lenguaje taurino, tan rico en términos, la copla, el pasodoble, la literatura, las pinturas de Goya, Picasso, personajes como Hemingway, Ava Gadner, …….. y tantas y tantas cosas relacionadas con los toros y su mundillo, que a mi personalmente, se me hace muy difícil negarme y volver la espalda a todo esto.
Por otro lado, también esta el tema que a veces los antitaurinos caen en ciertas contradicciones para mi. Una cosa que siempre me ha preocupado y me preocupa es el excesivo amor por parte de algunas personas hacia los animales. Una frase muy típica que me encoge el corazón y me asusta por lo todo lo que significa: “ prefiero a los animales que a las personas”….Yo soy de la opinión que si para salvar la vida de un asesino repugnante fuera necesario sacrificar a mi perro o a mis gatos….no lo dudada, los sacrificaba. Creo que en el fondo todos somos un poco hipócritas con el tema, nuestros animales de compañía a veces viven mejor que muchas personas en países tercermundistas y nosotros nos limitamos a mirar para otro lado. ¿Matar un pollo en un matadero es torturar a un animal indefenso?¿Pescar un salmón para venderlo en un mercado es torturar a un animal indefenso? ¿Abrir una lata de atún forma parte de esa tortura? ¿Freír un huevo es tortura? ¿Poner una vela antimosquitos es torturar a animales indefensos? ¿Comerse una lechuga es torturar a un ser vivo? ¿Qué sueldo cobra el perro Rex por cada capítulo que graba? Y ¿En que se lo gasta? ¿Alguien le pregunto a Rex si quería ser actor? ¿Alguien le ha preguntado a algún caballo si le gusta llevar en su espalda a un hombre? ¿Quién sabe si al caballo le hace daño llevar un hombre en su espalda? ¿Poner matarratas es torturar, con lo simpático que es el ratón Mickey?
Otra de las cosas que también se me pasan por la cabeza y que creo que por parte de la derecha española será utilizado como argumento, es el hecho de que Cataluña prohíba la “fiesta nacional” más que por motivos “cívicos” por motivos de reivindicación independentista. Sinceramente, y sin que sirva de precedente, creo que hay algo de eso en todo este asunto…..claro que algunos me dirán que Cataluña no es la primera comunidad autónoma que prohíbe los toros, Canarias es la primera que ya lo hizo……y llevarían razón, pero claro, si lo hace Cataluña, como que joroba más…..
Ya les he dicho, tengo sentimientos encontrados en cuanto al tema, y por más que intento ser lógico, siempre hay algún argumento que me dificulta tomar una posición clara en un sentido o en otro. Hace ya mucho tiempo escuche que antes de los años 20, en las corridas de toros los caballos de los picadores salían sin protección ninguna, que salían a “pelo”, por lo que una corrida de toros, se cobraba, además de los 6 toros, otros tantos caballos que eran literalmente destripados en pleno ruedo por los afiladísimos cuernos de los toros. Durante la dictadura del General Primo de Rivera, el Ministerio de Orden Público decreto una ley donde se establecía que los caballos deberían en lo sucesivo ir provistos de unos petos a modo de protegerlos de los envites de los toros. Esta ley levanto alguna que otra polémica entre ciertos sectores puristas taurinos que no estaban a favor de modificar la fiesta nacional…..cuento esta historia porque quizás la solución a este dilema (por lo menos es mi humilde opinión) seria plantearse una total revisión de la fiesta nacional….¿por qué no una fiesta donde no haya sufrimiento animal, no haya sangre, pero si se mantenga el folclore, la vistosidad, la lidia, el duelo entre animal y persona…….?
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