Recuerdo que en los últimos meses del año el centro de atención estaba en el famoso referéndum que se iba a celebrar el 15 de diciembre y aprobado por las Cortes Generales en septiembre. El flamante y joven presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, había salido en televisión explicando aquello de la reforma política en el nuevo marco pluralista que había en España.
Pluralismo o no, el caso es que España estaba empezando a ser diferente a lo que había sido. Para mí, en mi inocencia de niño, y pensándolo ahora con la perspectiva del tiempo que ha pasado, fue como pasar del blanco y negro al color. Es curioso que hasta mis recuerdos a partir de esa fecha ya empiezan a tener color, cosa que los anteriores son en blanco y negro. Ya había visto algún que otro televisor en color, cosa que me llamaba poderosamente la atención. Y en la calle, todo eran fotos de culos y tetas….a todo color….
Todo esto contrastaba con la imagen y las formas de mi colegio. En aquel edificio parecía que los cambios no habían llegado y que como ultimo valuarte de moral y virtud, aguantaba el tipo. Aparte de cambiar las fotos de Franco por las del Rey, en líneas generales, poco había cambiado. Creo que también influía el hecho de estar pared con pared pegado a la iglesia del barrio. Don Vicente, el párroco, era de los de la vieja guardia (creo que ya anteriormente había comentado algo de él) Más o menos en aquel otoño fue cuando mi hermana Elisa y yo empezamos la catequesis para poder tomar nuestra primera comunión al año siguiente. Recuerdo como Feli, la mujer que cuidaba de la casa del cura, impartía las clases de catequesis. Era una mujer de unos 55 años, menuda, vestida de gris-negro, con gafas y un moño en su pelo, también de color gris. En alguna que otra ocasión Don Vicente aparecía para rematar la clase. Teníamos que ir todos los días, después del colegio, a eso de las 5.30 de la tarde hasta las 7 ó las 8. Y los domingos, por supuesto, a misa. Las clases las dábamos en una especie de cuartillo que había detrás de la sacristía. Recuerdo los muebles antiguos, el olor a antiguo, en pocas palabras, el pasado gris…..
En casa las cosas eran bien diferentes. Una de las cosas que me enorgullecen de mi familia es el sentido de humor de mi madre. Con ella, incluso ahora, con todos los problemas que tiene o más bien, tenemos, a veces nos tenemos que reír. Mi padre, a pesar del susto de la pesca, siguió saliendo a pescar y mi madre, de broma, le decía: “voy a bailar la danza de la lluvia y os vais a mojar” Al principio aquello no paso de una simple amenaza, pero recuerdo un sábado por la noche, preparándole la cena para que se fuera a pescar, como mi madre nos puso a todos en fila y alrededor de la mesita del salón, plumero en mano, empezó a bailar en circulo con nosotros y a hacer como en las películas hacían los indios……realmente una escena divertida. A mi padre aquello le daba algo de miedo, porque lo más gracioso de todo, es que si que llovía…..pero alguna que otra vez vi como a mi padre se le escapaba una risa furtiva….
Entre catequesis y la campaña del referéndum llegue a diciembre, a punto de cumplir mis nueve años de vida. Recuerdo aquella canción que se puso de moda y auspiciada por el gobierno, del grupo Jarcha llamada “habla, pueblo, habla…” El caso es que la campaña hizo su efecto, el resultado del referéndum fue positivo y se aprobaba por una gran mayoría la reforma política. Más o menos a finales de año llegaron al edificio donde vivíamos unos vecinos nuevos, eran un joven matrimonio. Durante esos primeros tiempos los veíamos con cierta curiosidad, ya que no hablaban con nadie. Eran de un pueblo de Zaragoza, llamado Caspe y el marido, Jesús, trabajaba en la fábrica Cross que había enfrente de casa. Recuerdo la nochevieja de 1976, con aquel programa de después de las campanadas, con un más que notable elenco de artistas, lo más de la época. Recuerdo en particular a dos jovencísimas chicas, que iban vestidas una de negro y otra de blanco, cantando una canción en inglés titulada “Yes sir, I can´t boogie” eran las “Baccara”. Al día siguiente, año nuevo, por la tarde fuimos a casa de Manolo y Vicentina, aquellos amigos de mis padres, y por la tarde, volvieron a repetir el programa de por la noche y las volví a ver…..ya estábamos en 1977……
2 comentarios:
Y en 1977, sucedió algo muy importante en Alicante: yo vine a vivir.
Querido Garfio: tiempo sin dialogar con Vd. es un placer verle por aqui. Si, 1977 es un año que promete....mire yo no sabia esta noticia. Bueno, espero poder disfrutar en breve de su compañia, pero ya sabe, soy un vulcano pluriempleado....Larga y prospera vida.
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