El domingo 6 de agosto, por la noche, escuche la noticia en los telediarios de que el Papa Pablo VI había fallecido en Roma. Aquello me pareció algo muy importante, ya que desde que había nacido, habían pasado varios presidentes de E.E.U.U., presidentes del gobierno en España, Franco había muerto, Mao en China, pero sin embargo, el Papa siempre había sido el mismo. También recuerdo que siempre la corresponsal en el Vaticano era y lo fue durante algunos años más, Paloma Gómez Borrero. Después del entierro y pompas fúnebres y demás actos, vino el Conclave en el Vaticano y anunciaron la proclamación del nuevo Papa, un italiano que adopto el nombre de Juan Pablo I. Era un hombre en comparación al anterior joven y con unas ideas algo “revolucionarias” para la iglesia…..
En agosto vinieron como siempre, mis abuelos con mi tía de Sevilla a pasar unos días en Alicante. El caso es que ese año mi abuelo no alquilo ningún apartamento en Campello. No recuerdo muy bien si fue porque mi madre les comento que podían quedarse en casa, ahora que disponíamos de una vivienda muy grande. El caso es que cuando vinieron se quedaron muy impresionados de la nueva casa. A los pocos días de venir, vinieron de visita el tío Emilio, hermano de mi abuelo, con su mujer, Lola. Lola es todo un personaje (todavía vive, año 2009, debe de tener cerca de los 100 años….) mi padre, de broma, la llamaba “arte dramático” por la cantidad de aspavientos y gemidos que profería al hablar….El caso es que Lola es una mujer muy cariñosa, eso si, aunque muy teatrera. Mis abuelos salieron a recibirlos, vieron la casa que también les gusto y como mis abuelos habían quedado con unos amigos, querían “librarse” de aquella visita y no sabían como….En el rellano, cerca del ascensor, mi abuelo casi empujando a su hermano Emilio, el cual seguía con su discurso: “el que no este de acuerdo con el régimen, suspensión de empleo y de sueldo…..” y por otro lado, mi abuela, empujando a Lola, que ésta, abanico en una mano, bolso colgando del codo del otro brazo, y mirada al cielo, le decía a mi madre: “¡Oh Fifi! ¡que piso, que pisazo!” Durante el tiempo que estuvieron mis abuelos en casa, vinieron una vez más, para despedirse, pero llamaron por teléfono alguna que otra vez. Recuerdo una de esas conversaciones que mi abuela, al aparato, apenas podía reprimir la risa. Y es que le estaban contando que no podían ir de visita ese día, porque la noche anterior los habían invitado a la inauguración de una discoteca. Aun recuerdo como al colgar el teléfono, mi abuela nos lo contaba a todos y sin parar de reír decía: “con lo mayores que son y en una discoteca…¿os los imagináis como en el NODO, con el obispo cortando la cinta y echando agua bendita? en la discoteca …ja,ja,ja,ja”
Y por fin llego septiembre y con él, llegaron las compras del material escolar y de la ropa para el invierno. El credi-moda en Galerías Preciados, donde nos atendía estupendamente aquella encantadora vendedora llamada Mª Jose. A mediados de septiembre empezamos las clases. Fernando y yo habíamos tenido más suerte que Elisa y Verónica, nosotros íbamos al nuevo colegio, al Rafael Altamira, mientras ellas iban al más viejo Nacional Florida. Recuerdo el primer día de clase, al ver a todos aquellos nuevos compañeros. Nuestros vecinos del primero, Sergio, Tatiana y el pequeño Erico iban también a este colegio, por lo que fuimos juntos el primer día.
Los primeros compañeros que recuerdo de mi curso, 6º de E.G.B. Fueron Vicente, Noel y Luisa. Vicente y yo casi congeniamos enseguida y con el tiempo, Vicente se convertiría en uno de mis mejores amigos. En cuanto al claustro de profesores, para mi era una novedad tener un profesor para cada asignatura, ya que hasta 5º curso, el mismo profesor/profesora nos daba todas las asignaturas. Nuestro tutor era Don. Marcelo, un delgado señor de aproximadamente unos 45/50 años de edad, muy muy afeminado (de hecho, le llamábamos como un famoso yogurt que anunciaban en aquella época. YOPLAIT, porque el slogan de la marca era: “La flor del Yogurt”,,,,) y que nos daba inglés, lenguaje y literatura, dibujo y religión. En Matemáticas teníamos a Don Juan Campos, un señor algo mayor que Don Marcelo, algo gordito y muy campechano, y tengo que decir que un gran profesor. En Ciencias Naturales teníamos a Don Juan Bautista, un viejo profesor, que nos hacia formar al entrar en su clase y santiguarnos antes de sentarnos en nuestros pupitres. Era un hombre de profundas creencias religiosas y algo (bueno, bastante….) chapado a la antigua, pero tengo que reconocer que a pesar de todo esto, fue uno de mis mejores profesores y lo recuerdo con mucho respeto y cariño. Y para acabar en Ciencias Sociales teníamos a Don Antonio, con un curioso y asombroso parecido al actor Edward G. Robinson. Uno de sus hijos venia a nuestra clase y por el apellido en la lista de la clase iba antes que yo. Otra de la gran novedad es que aquel colegio tenia comedor (en aquella época, solo disponían de comedores los colegios privados, en un colegio público era casi una rareza….), y mis padres pensaron que sería una buena experiencia, así que mi hermano Fernando y yo nos quedamos al comedor. El primer día nos sentamos con Sergio, Tatiana y Erico, nuestros vecinos, pero resulta que en esa mesa habían unos hermanos de otro curso, y el profesor, por no separarlos, nos separo a Fernando y a mi. Recuerdo el comentario de aquel profesor: “no vamos a desvestir a un santo para vestir a otro”.
Y así entre las novedades del nuevo colegio, recuerdo que se hablaba mucho de los acuerdos de paz de Camp David entre Israel y Egipto firmados el 17 de septiembre, también se hablaba de los “pactos de la Moncloa”, todos aquellos políticos llegando a un acuerdo para sacar un borrador de lo que seria la Constitución…pero lo que más causo impacto fue la súbita muerte, el 28 de septiembre, del Papa Juan Pablo I…..en menos de 3 meses habían fallecido dos…..Después del Conclave, Karol Wojtyla fue elegido nuevo Papa el 16 de octubre con el nombre de Juan Pablo II.
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