Queridos navegantes: Se me acabaron las vacaciones, como de costumbre, demasiado pronto. Hoy me incorporo al mundo laboral otra vez, a la rutina diaria y como no, al estrés. Durante estas dos semanas de vacaciones he hecho muchas cosas, he trabajado en los otros empleos que tengo (ya se sabe, la vida del pluriempleado…..) pero también afortunadamente he tenido unos días de descanso, que he aprovechado para viajar a Sevilla a ver a mi gente.
Sevilla para mi es como mi segunda casa ya que cuento con parte de mi familia viviendo en la capital hispalense. Sevilla ostenta el título, disputado con Valencia, de la tercera capital española en importancia después de Madrid y Barcelona. Es una de las ciudades más bellas que he visto en mi vida, tiene parajes realmente preciosos, así como sus edificios y monumentos impresionantes. A todo eso se le une el carácter de sus gentes: abiertos y sociables, aunque algo celosos de sus costumbres y tradiciones.
Mi idilio con Sevilla empezó en el año 1984, durante aquellas vacaciones (mis primeras vacaciones como trabajador….) que me marche de regreso allí junto a mis abuelos y mi tía Mary. Recuerdo con gran cariño ese viaje, el último de mi abuelo a Alicante. Recuerdo cuando llegamos en aquel SEAT RITMO 75 de color azul metalizado entrando por la carretera y pasando por Alcalá de Guadaira, como sonaba en la radio del coche la última canción que había publicado Miguel Bose, llamada “Sevilla”. Aquello creo que fue como un aviso de los días que iba a vivir. Yo que por aquel entonces contaba con tan sólo 16 años, la Sevilla que conocí me fascino sobremanera. Desde aquel entonces he viajado prácticamente casi todos los años, y a pesar de los calores estivales (lo peor de Sevilla, el calor…..), de algún que otro desencuentro con algún que otro familiar (él sabrá porque lo digo…..….) y de alguna que otra EXPO’92 (realmente la Sevilla que conocí en los días de la exposición me decepciono…más por sus gentes que por sus acontecimientos, aunque entiendo que soportar una exposición universal durante seis meses no es plato agradable para los ciudadanos de la ciudad), siempre me he sentido muy a gusto, feliz y casi siempre, algo me ha llamado la atención. Sevilla siempre tiene para mi alguna sorpresa oculta.
En este último viaje redescubrí el “Patio de San Eloy”, un lugar de “tapas” que hay por el centro de Sevilla. Es un patio andaluz transformado en un bar, realmente un pintoresco lugar. Pero también hay lugares que siempre que puedo, repito y repito y no me canso. Uno de ellos, emblemático, la calle Betis, en la orilla del Guadalquivir, en el populoso barrio de Triana. Me encanta pasear por esa calle, las vistas de la catedral, la Giralda y la Torre del Oro la convierten en uno de los parajes más bonitos de la ciudad. Sus bares y pubs la hacen también que sea muy frecuentada de diversos ambientes.
Otro de los lugares que casi siempre visito, más por casualidad que por otra cosa, es un bonito mosaico en la calle Tetuán, en el centro de la ciudad, en la zona más comercial de la ciudad. Es un mosaico de publicidad, de principios de los años 20, en el que se anuncia los automóviles “Studebaker”…..realmente muy bonito.
En resumen, que Sevilla es una de las ciudades que más me gustan, invito a quien no la conozca que se deje caer por allí, seguro que no se arrepentirá.
1 comentario:
Hola, que hace mucho que no "nos vemos"!!! me alegro que quieras tanto a mi tierra y disfrutes tanto de ella cada vez que vienes!!!
Un besote. Angie.
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