Diciembre era un mes muy especial, ya no sólo por la navidad, sino porque coincidían varias celebraciones, entre ellas, mi cumpleaños. Pero antes, estaba la festividad de “la Inmaculada Concepción”, que era el santo de mi abuela Concha. Solíamos ir a comer, al igual que el día de San José, con mis tíos y mi abuela; y como pasaba en esa fecha, había mal rollo. Recuerdo peleas, el mal humor de mi madre y más cosas que yo no entendía. Lo bueno de todo aquello, es que normalmente después nos íbamos a la Feria de Navidad, una especie de parque de atracciones ambulante que instalaban a las afueras de la ciudad desde primeros de diciembre y hasta mediados de enero. Me encantaba subirme a una especie de tiovivo pero en vez de caballitos, tenia varios coches, un tanque, un coche de bomberos, un coche de caballos, y así un montón de cosas.
Mi cumpleaños lo celebramos un domingo, mi madre preparo unos bocatas y de postre, había bocaditos de nata, que me encantaban. Invite a varios compañeros del colegio, y la fiesta fue todo un éxito. Creo que fue la primera fiesta de cumpleaños multitudinaria que he tenido en mi vida. Ya me sentía todo un hombrecito, de 7 años….
En esos días previos a la navidad, en casa nos poníamos mis hermanos y yo, con mi madre a poner el árbol de navidad y el belén. Nos hacia tanta ilusión, recuerdo poniendo con mi madre las bolas de adorno del árbol, las figuras y todos los adornos. Las bolas eran de un cristal opaco, y solían romperse con mucha frecuencia. Teníamos una con forma de botijo, de color azul marino, que según mi madre, se la había regalado mi abuelo en el año 1962…
El Belén era también una tradición importantísima. Normalmente, el fin de semana anterior a Nochebuena, solían venir Ramón, el empleado que tenia mi padre (como ya he comentado antes, Ramón es casi de la familia) y su mujer. Ramón se traía un saco de cemento y con una puerta vieja que teníamos en casa, la poníamos con unos soportes, y con el yeso, Ramón montaba una especie de “diorama” increíble. Cuando se secaba, le poníamos la vegetación artificial y luego a llenarlo de figuritas. Pastores, el “caganet”, la lavandera, los magos de oriente, los camellos, el ángel, Herodes y sus soldados, la posada, y un sinfín de animales de corral, rebaños enteros de ovejas….palmeras….y por supuesto, el portal…..
Ese año, por iniciativa de Doña Margarita, participe en el festival de navidad del colegio, cantando un villancico con varios de mis compañeros. Yo tenía una pandereta en la mano, y cuando salimos al escenario, me puse rojo como un tomate y casi no me salía la voz. Y además, casi me dio un ataque de risa al ver sentada en el público a mi madre. También recuerdo que los de 8º de E.G.B. escenificaron un chiste de moda en aquella época: “Dos motoristas que dejan sus motos en la puerta de un Bar, cuando salen las motos habían desparecido, y le preguntan a un tonto que estaba allí sentado si había visto algo, el tonto les contesta que eran 2 y de la E.T.A.; porque al robarlas dijeron: Eta pa mi y eta pa ti…..” En fin, hasta hoy en día me parece tan inocente el sentido del humor….
También por aquellos días era el sorteo de la lotería de navidad, otro acontecimiento. Recuerdo ir por la calle y oír en todos los comercios y desde las ventanas, las radios escuchando el sorteo, y con siempre la misma cantinela de los niños de San Ildefonso. Ese año, el gordo cayo en el 12176, y no recuerdo que mi familia ese año, fuera tocada con la mano de la fortuna.
Llego la nochebuena, y como siempre, mi padre, mientras mi madre y mi bisabuela preparaban la cena, iba a recoger a mi abuela Concha. Cuando llegaban, siempre discutiendo, y mi abuela, erre que erre, el caso es que hasta que murió en 1985, en casa nunca tuvimos una nochebuena “tranquila”. Pero a pesar de todo, yo recuerdo las navidades con mucha nostalgia y con la magia e ilusión de los niños.
A diferencia del rey Juan Carlos I, Franco no aparecía en nochebuena, sino en nochevieja, y realmente lo recuerdo como un ancianito que daba hasta pena; claro que aquel ancianito….....
Mis padres salieron esa Nochevieja, y nosotros se supone que nos teníamos que acostar. Emilia, mi bisabuela, se quedo viendo el especial de Nochevieja que hacían en Televisión Española. Elisa y yo, los dos mayores, nos pusimos a corretear por el pasillo…al cabo de un rato, subió a quejarse nuestra querida vecina del piso de abajo, Maruja (nombre que por cierto, le hacia muchísima justicia, era la tal al uso, con batín, pantuflas, rulos en la cabeza y por supuesto, siempre al tanto de donde, quien, cuando y qué…. ) Tuvimos una buena bronca de mi bisabuela.
En fin, que creo que no recuerdo más del año 74, he intentado ser lo más fiel a la época, pero como ya dije, son mis recuerdos, y la mente humana, no es un archivo perfectamente ordenado. Ha sido muy bonito escribirlo, porque de alguna manera, al acordarme de olores, de imágenes, de sentimientos, de vivencias, lo he vuelto a vivir. Hace unos meses, estaba atravesando una depresión, y una de las cosas que pensaba, era que si existiera la máquina del tiempo, que volvería a ese año. De todos modos, no recuerdo quien, pero ya alguien dijo: “ningún tiempo pasado fue mejor”. Y nada, sólo me queda decir, que me he animado, voy a seguir, hablando de aquellos días….
Mi cumpleaños lo celebramos un domingo, mi madre preparo unos bocatas y de postre, había bocaditos de nata, que me encantaban. Invite a varios compañeros del colegio, y la fiesta fue todo un éxito. Creo que fue la primera fiesta de cumpleaños multitudinaria que he tenido en mi vida. Ya me sentía todo un hombrecito, de 7 años….
En esos días previos a la navidad, en casa nos poníamos mis hermanos y yo, con mi madre a poner el árbol de navidad y el belén. Nos hacia tanta ilusión, recuerdo poniendo con mi madre las bolas de adorno del árbol, las figuras y todos los adornos. Las bolas eran de un cristal opaco, y solían romperse con mucha frecuencia. Teníamos una con forma de botijo, de color azul marino, que según mi madre, se la había regalado mi abuelo en el año 1962…
El Belén era también una tradición importantísima. Normalmente, el fin de semana anterior a Nochebuena, solían venir Ramón, el empleado que tenia mi padre (como ya he comentado antes, Ramón es casi de la familia) y su mujer. Ramón se traía un saco de cemento y con una puerta vieja que teníamos en casa, la poníamos con unos soportes, y con el yeso, Ramón montaba una especie de “diorama” increíble. Cuando se secaba, le poníamos la vegetación artificial y luego a llenarlo de figuritas. Pastores, el “caganet”, la lavandera, los magos de oriente, los camellos, el ángel, Herodes y sus soldados, la posada, y un sinfín de animales de corral, rebaños enteros de ovejas….palmeras….y por supuesto, el portal…..
Ese año, por iniciativa de Doña Margarita, participe en el festival de navidad del colegio, cantando un villancico con varios de mis compañeros. Yo tenía una pandereta en la mano, y cuando salimos al escenario, me puse rojo como un tomate y casi no me salía la voz. Y además, casi me dio un ataque de risa al ver sentada en el público a mi madre. También recuerdo que los de 8º de E.G.B. escenificaron un chiste de moda en aquella época: “Dos motoristas que dejan sus motos en la puerta de un Bar, cuando salen las motos habían desparecido, y le preguntan a un tonto que estaba allí sentado si había visto algo, el tonto les contesta que eran 2 y de la E.T.A.; porque al robarlas dijeron: Eta pa mi y eta pa ti…..” En fin, hasta hoy en día me parece tan inocente el sentido del humor….
También por aquellos días era el sorteo de la lotería de navidad, otro acontecimiento. Recuerdo ir por la calle y oír en todos los comercios y desde las ventanas, las radios escuchando el sorteo, y con siempre la misma cantinela de los niños de San Ildefonso. Ese año, el gordo cayo en el 12176, y no recuerdo que mi familia ese año, fuera tocada con la mano de la fortuna.
Llego la nochebuena, y como siempre, mi padre, mientras mi madre y mi bisabuela preparaban la cena, iba a recoger a mi abuela Concha. Cuando llegaban, siempre discutiendo, y mi abuela, erre que erre, el caso es que hasta que murió en 1985, en casa nunca tuvimos una nochebuena “tranquila”. Pero a pesar de todo, yo recuerdo las navidades con mucha nostalgia y con la magia e ilusión de los niños.
A diferencia del rey Juan Carlos I, Franco no aparecía en nochebuena, sino en nochevieja, y realmente lo recuerdo como un ancianito que daba hasta pena; claro que aquel ancianito….....
Mis padres salieron esa Nochevieja, y nosotros se supone que nos teníamos que acostar. Emilia, mi bisabuela, se quedo viendo el especial de Nochevieja que hacían en Televisión Española. Elisa y yo, los dos mayores, nos pusimos a corretear por el pasillo…al cabo de un rato, subió a quejarse nuestra querida vecina del piso de abajo, Maruja (nombre que por cierto, le hacia muchísima justicia, era la tal al uso, con batín, pantuflas, rulos en la cabeza y por supuesto, siempre al tanto de donde, quien, cuando y qué…. ) Tuvimos una buena bronca de mi bisabuela.
En fin, que creo que no recuerdo más del año 74, he intentado ser lo más fiel a la época, pero como ya dije, son mis recuerdos, y la mente humana, no es un archivo perfectamente ordenado. Ha sido muy bonito escribirlo, porque de alguna manera, al acordarme de olores, de imágenes, de sentimientos, de vivencias, lo he vuelto a vivir. Hace unos meses, estaba atravesando una depresión, y una de las cosas que pensaba, era que si existiera la máquina del tiempo, que volvería a ese año. De todos modos, no recuerdo quien, pero ya alguien dijo: “ningún tiempo pasado fue mejor”. Y nada, sólo me queda decir, que me he animado, voy a seguir, hablando de aquellos días….
8 comentarios:
¡Una ancianito! Ande, ande.
Bueno, esperaré a su siguiente artículo ¿del 75? Interesante año el 75 ... intersante, sí señor ...
Aquel ancianito en vez de estar en Benidorm bailando pasodobles con la "collares" se dedidcaba a firmar penas de muerte...para que luego digan aquello de "la dictablanda". Estoy completando el lapso de tiempo entre 1969 y 1974, quizás siga por ahí, aunque otro camino puede ser el 75, o quizás, vaya aleatoriamente pegando saltos en el tiempo, ya veremos. Posiblemente necesite su ayuda para ciertas cuestiones informáticas, como tengo puente...vaya reservando una tarde de cerveceo. Un saludo desde vulcano.
Ya quisiera yo tener tan fresca mis recuerdos infantiles como los tienes tú, Vulcano! jejeje.
Sigue contándonos tus batallitas porque, a la vista está que a todos nos encantan!!! :D
Un besote!
Vooooooy conlascervezasssss.
Angie: Siempre he tenido buena memoria, pero reconozco que he recopilado datos, mamá sigue siendo mi fuente de información....Seguire, no lo dude. Besotes.
Garfio: este fin de semana tengo la agenda apretadita, pero cuento con sus cervezas, quizas mañana jueves, el viernes tengo un compromiso, pero el sabado o el domingo. Necesito sus opiniones. Un saludo
Hola vulca, yo no diría que tenés buena memoria mas bien la definiría como ¡exelente! realmente no sé como podés memorizar tanto detalle. Yo por ejemplo tengo vagos recuerdos pero tan asi como vos no, te admiro.
Buen post, me ha llevado de alguna manera hacia mis no tan recordados momentos.
besos
Vaya memoria la tuya !!!!
Con trabajos recuerdo lo que hago aqui...jeje
Monika: Tengo muy buena memoria, es cierto, me suelo acordar bastante bien de las cosas; pero he de confesarte que para esto que estoy escribiendo, cuento con la ayuda de mi madre, que me facilita alguna pieza del rompecabezas de mis recuerdos. Un saludo.
Luis: Como le decia a Monika, tengo una excelente memoria, pero ya he confesado que me esta ayudando un poco mi madre, no mucho, pero algo si. Un saludo.
Publicar un comentario