Cuando empecé a escribir esta especie de “biografía” lo hice por 1974, porque quizás a partir de los 6 años es cuando mis recuerdos son más fluidos, más lógicos, más ordenados cronológicamente y por supuesto, más continuos y abundantes. Los años anteriores apenas tengo recuerdos, algunas imágenes perdidas en mi cabeza, y lo demás, recuerdos inducidos más por los comentarios de mis padres que por mi propia consciencia.
Prácticamente no recuerdo nada, o casi nada del primer año de vida, de diciembre de 1967 a diciembre de 1968. Me cuentan que a los veinte días de haber nacido, ya me dio mi primer ataque de asma y que hasta hoy en día, todavía ando con inhaladores (si, soy fumador, una auténtica irresponsabilidad). Lo único más memorable es que mi padre me contaba que por la noche me costaba mucho dormir, que me gustaba trasnochar (costumbre por cierto que he mantenido toda mi vida), pero que en cuanto me montaba en un coche, me quedaba “frito”. Me cuenta mi madre lo de aquel viaje a Sevilla en diciembre de 1968, nevando en Granada. De cómo mi madre tuvo que dar a su gato, porque el animal tenia la costumbre de tirar al suelo un muñeco que mi madre ponía encima de la cama; y le daba miedo que el animal me hiciera lo mismo a mi, si me dejaba en la cama….
Cuando empezó 1969 yo tenía tan sólo 1 año de edad. Mi madre estaba embarazada de mi hermana Elisa (la nº 2, yo soy el mayor de los seis hermanos que somos). Según me cuenta mi madre, ya con algo más de un año andaba perfectamente y parece ser que ya balbuceaba bastante bien, y que a finales de 1969 hablaba perfectamente.
Entre mis imágenes recuerdo la casa donde vivíamos, en la calle San Vicente, en el último piso. Era la casa de mis bisabuelos, una casa construida en el siglo XIX, y que mis padres tuvieron que utilizar como su primera vivienda ya que unos meses antes de su boda, en marzo de 1967, les había estafado la constructora que estaba haciéndoles su casa, y como muchos otros, se quedaron en la calle y sin el dinero invertido. Es curioso, pero casi podría dibujar el plano de la casa con toda claridad, y creo que sin llegar a equivocarme. Entrabas a una especie de recibidor, a la derecha un pasillo que daba a una habitación que parecía un invernadero, ya que daba al terrado o azotea, donde tendíamos la ropa. Al final del mismo, estaba el cuarto de aseo y retrete, fuera de lo que era la vivienda, se ve que lo construyeron después de la casa. Enfrente de esa habitación estaba la cocina, que tenia un ventanal que daba a un patio interior de luces. A la izquierda del recibidor, conforme entrabas, te encontrabas con la habitación de mi bisabuela, Emilia. Esta tenía un pequeño balcón con una balaustrada de alabastro que daba a la calle San Vicente. A continuación de la habitación de mi bisabuela, estaba el salón-comedor-sala de estar, en la que también había otro balcón, algo más grande que el de la habitación de Emilia. Recuerdo un aparador grande con un espejo, y en él, una especie de velero de color verde, no un galeón, sino más bien un yate deportivo. Recuerdo la televisión, en una mesa que intentaba imitar el bambú; con sus botones anacarados. En un lateral del salón, separado no por una pared, sino por una cortina, estaba la habitación de mis padres, con la cama de matrimonio, y al lado izquierdo de la cama, mi cuna. Por las noches, cuando mi bisabuela se acostaba, mis padres descorrían la cortina, y desde su cama, veían la televisión que estaba en la esquina opuesta del salón. Yo con mi pijama, de pie en la cuna y apoyado en los barrotes, veía con ellos la tele. Según me cuentan, yo no me dormía hasta que terminaba la programación y salía el himno nacional con las imágenes del Caudillo; yo miraba a mis padres y le decía adiós con la mano al Generalísimo….
Mi hermana nació el 19 de mayo, después del famoso festival de Eurovisión, donde España, por segunda vez consecutiva, ganaba. Una tal Salomé con la canción “Vivo Cantando”…le entrego el premio Massiel, la ganadora del año anterior, 1968, con el “La,la,la”….
Mi padre en aquel entonces tenía un Renault 4 CV ó 4/4, como se le llamaba aquí, matrícula SE-33671, y que yo no se porqué razón decía:” cuatro-cuatro, pepa-pepa” (esto ya lo conté en el otro blog, perdónenme…). Mi padre a principios de 1969 fue cuando monto su propio taller de reparación de coches.
Recuerdo a Sofía, una amiga de mis padres, que conducía un precioso SEAT 1400-C. Me acuerdo de una tarde ir subido en el coche, en el asiento delantero (corrido, ya que tenia el cambio de marchas en el volante) con mi madre y que yo, miraba embobado como pisaba los pedales del freno, acelerador y embrague, con aquellos zapatos de tacón fino, de charol negro y blanco.
Recuerdo también una preciosa niña, de cabellos rubios, que no se porque, ahora se me presenta en imágenes como Marisol (o Pepa Flores, como Vds. prefieran), esa niña era mi tía.
Recuerdo una noche, viendo la televisión, jugando con un coche (¡como no!) delante de la mesa del televisor. Recuerdo unas imágenes de un hombre gordo, con un casco de cristal andando torpemente con una especie de bandera en la mano….esto no se si es un recuerdo inducido, pero era Neil Amstrong…..y el Apollo XI en la luna.
Prácticamente no recuerdo nada, o casi nada del primer año de vida, de diciembre de 1967 a diciembre de 1968. Me cuentan que a los veinte días de haber nacido, ya me dio mi primer ataque de asma y que hasta hoy en día, todavía ando con inhaladores (si, soy fumador, una auténtica irresponsabilidad). Lo único más memorable es que mi padre me contaba que por la noche me costaba mucho dormir, que me gustaba trasnochar (costumbre por cierto que he mantenido toda mi vida), pero que en cuanto me montaba en un coche, me quedaba “frito”. Me cuenta mi madre lo de aquel viaje a Sevilla en diciembre de 1968, nevando en Granada. De cómo mi madre tuvo que dar a su gato, porque el animal tenia la costumbre de tirar al suelo un muñeco que mi madre ponía encima de la cama; y le daba miedo que el animal me hiciera lo mismo a mi, si me dejaba en la cama….
Cuando empezó 1969 yo tenía tan sólo 1 año de edad. Mi madre estaba embarazada de mi hermana Elisa (la nº 2, yo soy el mayor de los seis hermanos que somos). Según me cuenta mi madre, ya con algo más de un año andaba perfectamente y parece ser que ya balbuceaba bastante bien, y que a finales de 1969 hablaba perfectamente.
Entre mis imágenes recuerdo la casa donde vivíamos, en la calle San Vicente, en el último piso. Era la casa de mis bisabuelos, una casa construida en el siglo XIX, y que mis padres tuvieron que utilizar como su primera vivienda ya que unos meses antes de su boda, en marzo de 1967, les había estafado la constructora que estaba haciéndoles su casa, y como muchos otros, se quedaron en la calle y sin el dinero invertido. Es curioso, pero casi podría dibujar el plano de la casa con toda claridad, y creo que sin llegar a equivocarme. Entrabas a una especie de recibidor, a la derecha un pasillo que daba a una habitación que parecía un invernadero, ya que daba al terrado o azotea, donde tendíamos la ropa. Al final del mismo, estaba el cuarto de aseo y retrete, fuera de lo que era la vivienda, se ve que lo construyeron después de la casa. Enfrente de esa habitación estaba la cocina, que tenia un ventanal que daba a un patio interior de luces. A la izquierda del recibidor, conforme entrabas, te encontrabas con la habitación de mi bisabuela, Emilia. Esta tenía un pequeño balcón con una balaustrada de alabastro que daba a la calle San Vicente. A continuación de la habitación de mi bisabuela, estaba el salón-comedor-sala de estar, en la que también había otro balcón, algo más grande que el de la habitación de Emilia. Recuerdo un aparador grande con un espejo, y en él, una especie de velero de color verde, no un galeón, sino más bien un yate deportivo. Recuerdo la televisión, en una mesa que intentaba imitar el bambú; con sus botones anacarados. En un lateral del salón, separado no por una pared, sino por una cortina, estaba la habitación de mis padres, con la cama de matrimonio, y al lado izquierdo de la cama, mi cuna. Por las noches, cuando mi bisabuela se acostaba, mis padres descorrían la cortina, y desde su cama, veían la televisión que estaba en la esquina opuesta del salón. Yo con mi pijama, de pie en la cuna y apoyado en los barrotes, veía con ellos la tele. Según me cuentan, yo no me dormía hasta que terminaba la programación y salía el himno nacional con las imágenes del Caudillo; yo miraba a mis padres y le decía adiós con la mano al Generalísimo….
Mi hermana nació el 19 de mayo, después del famoso festival de Eurovisión, donde España, por segunda vez consecutiva, ganaba. Una tal Salomé con la canción “Vivo Cantando”…le entrego el premio Massiel, la ganadora del año anterior, 1968, con el “La,la,la”….
Mi padre en aquel entonces tenía un Renault 4 CV ó 4/4, como se le llamaba aquí, matrícula SE-33671, y que yo no se porqué razón decía:” cuatro-cuatro, pepa-pepa” (esto ya lo conté en el otro blog, perdónenme…). Mi padre a principios de 1969 fue cuando monto su propio taller de reparación de coches.
Recuerdo a Sofía, una amiga de mis padres, que conducía un precioso SEAT 1400-C. Me acuerdo de una tarde ir subido en el coche, en el asiento delantero (corrido, ya que tenia el cambio de marchas en el volante) con mi madre y que yo, miraba embobado como pisaba los pedales del freno, acelerador y embrague, con aquellos zapatos de tacón fino, de charol negro y blanco.
Recuerdo también una preciosa niña, de cabellos rubios, que no se porque, ahora se me presenta en imágenes como Marisol (o Pepa Flores, como Vds. prefieran), esa niña era mi tía.
Recuerdo una noche, viendo la televisión, jugando con un coche (¡como no!) delante de la mesa del televisor. Recuerdo unas imágenes de un hombre gordo, con un casco de cristal andando torpemente con una especie de bandera en la mano….esto no se si es un recuerdo inducido, pero era Neil Amstrong…..y el Apollo XI en la luna.
4 comentarios:
Lo que más me ha dolido ha sido lo del saludo al Generalísimo. Se lo perdono porque era usted muy infante ...
Qué curioso, uno de mis primeros y difusos recuerdos es el de la familia reunida frente a la tele viendo el primer alunizaje. Estoy seguro de que mi mamá se emocionó y lloró, y yo creía que estaba triste, pero sonreía.
Que suerte tenés de haber vidivo y recordar la casa de tus bisabuelos, que luego pasó a tus padres.
Te imagino ahi en la cunita saludando al... bueno a ya sabés a quien... de niños hacemos ese tipo de cosas eh?
Exelentes recuerdos vulca, ya lo hemos conocido un poco mas!
besotes
Garfio: Disculpas ante todo, pero estoy algo liado con el trabajo y con esas "cosas" que Ud. ya sabe, como dice una vieja copla, es muy dificil caminar de incognito en el infierno... Saludos.
Bugman: Para mi también es uno de los primerisimos recuerdos que tengo, por eso digo al final aquello de "recuerdos inducidos", pero si es cierto que recuerdo mirar aquella televisión, y ver a aquel hombre caminando torpemente...Un cordial saludo.
Monika: No te creas, en plena crisis de los 40 que estoy, yo no pienso aquello de la "suerte" de ser tan mayor....y fijate que curioso, ahora a los dictadores ya no los "saludo" de igual forma, ja,ja,ja....Un fuerte abrazo.
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