jueves, 4 de marzo de 2010

Enero y Febrero....

La noche de reyes siempre ha sido mágica para mi, aunque no se porque este año no tenía nada de eso. Y es que las niñas ya empiezan a saber…..y de hecho, Verónica me confirmo que Bárbara ya lo sabe, pero que le dijo como muy adulta: “pero no te preocupes, no le voy decir nada a Lucia….” Como en los últimos años los mayores no hemos tenido regalos, le comente a una amiga que este año 2010 iba a poner una hucha y me iba a encargar de comprar un detalle a cada uno y ponerlo debajo del árbol, sin decir nada a nadie…para darle ese toque de magia…. Todavía no me encontraba muy allá, a pesar de los días de descanso que había tenido, y además se me juntaba con la preocupación por la avalancha de trabajo que siempre hay en enero. Cierre del IVA del año anterior, prisas, plazos, etc.…. Lo que más me estresa de mi trabajo. A pesar de mis miedos, tengo que reconocer que al final no fue para tanto. Otra de las cosas que pretendía durante este mes de enero fue tomarme la vida algo más relajada, y los fines de semana intentar descansar, adelantar faena de mis pluriempleos, pasar más tiempo con las niñas, leer y hacer algo de deporte. Durante el año pasado, Andrés, José Luis y yo hemos quedado los sábados o domingos para realizar algún tipo de “reto”, algunas veces se han unido a estos retos José y José Ángel. Hemos hecho senderismo (mi favorito, andar por el campo me gusta….), bicicleta e incluso vela. Este verano hemos estado alquilando un pequeño velerito y hemos hecho nuestros pinitos en la navegación. De hecho, nos hemos planteado el sacarnos el título de “patrón de embarcación de recreo” conocido popularmente como el “P.E.R.” José Luis y yo, por motivos de tiempo y trabajo, estamos todavía en ello, pero Andrés, ya ha aprobado el teórico. Quedamos un sábado en su casa para que nos diera unas nociones de lo que le habían preguntado en el examen e incluso llegamos a hacer unos ejercicios de navegación, con escuadra, cartabón, compás y mapa….la verdad es que me resulto bastante sencillo, algo que se me antojaba mucho más complicado. Debo de reconocer que Andrés es también un buen profesor….como es lógico. La verdad es que ese fue el único fin de semana tranquilo, ya que una semana después estábamos de despedida de soltero de José Luis, y como pueden ustedes imaginar, en una despedida de soltero siempre hay excesos. El fin de semana siguiente tuve una cena-reencuentro con unos antiguos compañeros de trabajo y la verdad es que lo pasamos realmente bien. Cenamos en un café-bar-restaurante-pub cerca del Ayuntamiento de ambiente claramente gay, y la verdad es que cenamos muy bien, y lo mejor de todo, muy barato. Luego estuvimos por ahí de copeo y otra vez, volví a pasarme con la bebida y a pasar el resto de fin de semana de resaca y sin poder casi hacer nada.
Tampoco el clima era el más propicio, porque ha hecho un frío inusual en estas latitudes…..En enero parece que la madre naturaleza se nos ha revelado, inundaciones, lluvias, nieve, viento y para colmo, el terremoto de Haití, un verdadera desgracia humana. Para evadirme un poco de mi trabajo termine de arreglar y ordenar la estantería del viejo mueble del salón que me he quedado en mi habitación y que he aprovechado para poner una nutrida exposición de mi colección de miniaturas de coches. En el quiosco compre el siguiente número de la colección que estoy haciendo en la actualidad, un precioso Seat 1400 A de 1954 de color negro y que esta muy logrado…..
El final de enero me trajo el último esfuerzo para terminar los impuestos y justo ese último fin de semana, el viernes baje a trabajar y se me ocurrió coger el coche para ir a la oficina ya que llevaba varios días sin moverlo. Me lleve una desagradable sorpresa, me habían roto la ventanilla trasera derecha, me habían abierto el coche y me habían robado el radio-casette. Hacía muchos años que no oía ni veía por ahí que la gente comentara lo de robar las radios de los coches y el primer pensamiento que tuve fue: “otro daño colateral de la crisis”….José Luis fue algo más “cruel” (lo digo con todo el cariño del mundo, no como un reproche….) y me llego a insinuar que si mi hermana, la “problemática” conoce mi coche…..El caso es que esto fue un presagio de lo iba a ser el mes de febrero. Para colmo de males mire la cobertura de mi seguro y NO tengo aseguradas las lunas….por lo que me toco pagar la reparación. A la semana siguiente intente averiguar porque a María Jesús no le había devuelto Hacienda el dinero de su renta, que yo todos los años desde hace ya siete años, le hago. Fui allí y otra desagradable sorpresa….me había equivocado en un número (un 7 por un 2) y Hacienda había practicado una declaración “paralela” con un resultado diferente…..Me sentí tan mal, tan fracasado, que cuando hable con María Jesús casi no podía ni mirarla a la cara. Ella me tranquilizo diciéndome que todos somos humanos, que errores tenemos todos, pero es lo que yo le dije: “en tu trabajo, si tu en vez de poner un cubata de White Label pones un J&B, lo más que te puede pasar es que el cliente no te lo pague o que tengas que poner otro y ese tirarlo, pero yo en mi trabajo, equivocarme por un número supone requerimientos, sanciones, recargos, etc……” Pero no acababa ahí mi racha mala, y es que quizás por nombrarla tanto, mi “queridísima” hermana hizo acto de presencia…como siempre, en unas condiciones terribles, y machacando con el chantaje emocional, claro la ves en ese estado, en la calle, con el frío….y al final, erróneamente, cedes y le das dinero….el tema es que una semana después nos dio otro sábado todavía más surrealista (ahora va con la “película” de que el chico con el que estaba, que la ha maltratado…..fuimos al Instituto de la Mujer y allí le dijeron en pocas palabras que con su historial….que ellos no podían hacer nada…..) y es que toda la solución pasa porque ella voluntariamente decida salir del “pozo” y se vaya a un centro de rehabilitación…..triste, muy triste, pero es la realidad. Otro error en otra declaración hizo que perdiera un poco los nervios y pensara si quizás alguien me estaba haciendo vudú. El caso es que el primer fin de semana de febrero, domingo, nos fuimos a montar en bicicleta Andrés, José Luis y yo. Salimos de casa de Andrés, bajamos hasta la Explanada y cantera para arriba llegamos hasta la Playa de San Juan y Campello. Allí paramos y almorzamos (creo que es la verdadera y más importante razón por la que hacemos estas cosas: el almuerzo y la cerveza fresquita…..). De regreso por la Playa de San Juan, fui a subirme a un bordillo y perdí el equilibrio y me di de “morros” y nunca mejor dicho contra el suelo. Al levantar la cara, empecé a sangrar exageradamente, por lo que me asuste, aunque las caras de Andrés y de José Luis eran un poema. Conseguí quitarme la mochila y sacar una pequeña toalla que llevo siempre y ponérmela en la boca, origen de la hemorragia, a ver si paraba de sangrar. Andrés llamó preocupado a una ambulancia que veinte minutos después estaba allí. El asunto se saldo con tres puntos de sutura en los labios, un diente incisivo roto (solo una parte, algunos me han sugerido que me lo arregle con una funda, pero otros me ha aconsejado que no me lo arregle, que como es un trozo pequeño que eso me da un toque “canalla”….) El caso es que me pase una semana comiendo purés, bebiendo con pajitas y casi sin poder reírme porque me tiraban los puntos, parecía Yola Berrocal pero sin tanto pecho….. Al coserme el médico me dijo que no me iba a poner anestesia local, que los labios es una parte muy sensible y que me iba a doler más el pinchazo de la anestesia y el efecto que los tres puntos que me iba a coser. El caso es que la verdad no he hizo nada de daño y para remate de mi percance, diré que hace unos días, delante del espejo y con unas pequeñísimas tijeras que tengo por casa, yo mismo me quite los puntos…… Y llegaron los carnavales junto con el día de los enamorados, pero yo no estaba para fiestas ese día. A pesar de que todavía me sigo disfrazando y es quizás la única fiesta que todavía me gusta. El viernes anterior me compré el disfraz, no tenia mucho tiempo como antaño de hacerme yo mismo mi disfraz. Pensé que teniendo los labios como los tenia, que parte de mi disfraz ya estaba hecho, disfrazarme de boxeador era una buena idea. El sábado pensaba descansar y salir por la noche, pero a media mañana, mientras trabajaba en uno de mis pluriempleos, Verónica me llamó diciéndome que mi hermana estaba allí….el resto del día se lo pueden imaginar, fue cuando fuimos al Instituto de la Mujer…..Así que a eso de las 8 de la tarde, deje a mi madre en casa y me fui a comprar tabaco, pero antes de salir, cogi la bolsa con el disfraz y lo metí en el maletero del coche. Al llegar al Enclave-Vermell, todos se extrañaron de verme algo pronto para ser carnavales y sin disfrazar. Les conté sin querer entrar en demasiados detalles lo de mi hermana y comprendieron que no estaban mis ánimos muy allá. El tema es que con un par de cervezas, con la grata compañía de mis amigos, parece que mis ánimos se fueron recuperando y cuando vinieron José y Mª José disfrazados, me entro algo de ganas de ir al coche a disfrazarme. Al hacer el comentario de que tenía el disfraz en el coche, mis amigos empezaron a vocearme:”sal a por el disfraz….¡¡¡que se lo ponga, que se lo ponga!!!!”, y 15 minutos después allí estaba yo en el Pub, vestido de boxeador….la verdad es que me lo pase bien aquella noche…..

En el trabajo ya habíamos terminado los plazos de enero, pero conforme iba pasando los días de febrero, veía que los papeles de las contabilidades no bajaban y empecé a preocuparme. Cuando despidieron a mi compañera, me temía que esto iba a pasar y se lo hice saber a mis jefes. Ellos me dijeron que no me preocupará, que si yo consideraba que no era capaz en momentos puntuales de sacar adelante el trabajo, que les informara para que ellos tomaran las medidas oportunas, y de momento, así ha sido. De todos modos en estos tiempos esta claro que “tendré” que ceder y esforzarme un poco más….no pierdo la esperanza de que lleguen tiempos mejores. Menos mal que tengo mi familia, mis amigos y mis hobbies. Hace dos semanas estuvimos de senderismo por el Pantano de Tibi, según dicen, el pantano artificial más antiguo de Europa, construido en 1793…..una bonita excursión. En este mes también he seguido con mis “cochecitos” y al colocarlos en la estantería, un Chrysler Windsor de 1946 que compre hace unos 15 años, vi que estaba bastante deteriorado. Los cromados de los parachoques, los faros y manecillas estaban sin brillo y se les había ido la pintura. El color del coche, un verde oscuro metalizado, estaba sucio y la verdad es que a ese coche, incluso cuando lo compré, no era un color muy acertado. Los escudos que eran pegatinas, con el tiempo se habían despegado y desaparecido. Consulte por Internet, vi un montón de fotos del modelo en cuestión en diferentes colores de la época y al final me decidí por un azul medio. Lo pinte, pinte los parachoques y demás cromados e imprimí en mi impresora de color, en la escala del coche, los escudos delantero y trasero que llevaba el modelo y la verdad es que se me ha quedado como nuevo…...

Y ahora empiezo marzo……

lunes, 1 de marzo de 2010

Carnaval 2010

Un boxeador recibiendo cuidados de la doctora María Jesús, un ojo morado, un diente roto y el labio partido (lo del labio y el diente es auntentico, no maquillaje....pero eso es otra historia....)

Lucia, una guapa majorette.....

Bárbara, la más rápida al oeste del este del oeste.....














1978 (VI) El naufragio del Andrea Doria

El 31 de octubre las Cortes aprobaban la Constitución Española, acordándose el referéndum para el 6 de diciembre. España no tenía una constitución desde la 2ª República, y de esto hacia ya más de 39 años.

Mientras en casa yo seguía adaptándome al nuevo colegio, a los nuevos compañeros y como no, a la nueva vida desde que vivíamos en la nueva casa. Fernando y yo nos quedábamos en el comedor del colegio, otra novedad con respecto a nuestro antiguo colegio. Desde las 9 que entrábamos, no salíamos hasta las 5 de la tarde. No recuerdo mucho sobre aquel noviembre, solo que ese otoño el tiempo como siempre empezó a empeorar en noviembre y que mis ataques de asma me seguían molestando. Uno de aquellos ataques, ya a principios de diciembre, fue bastante largo y no se me pasaba. Era domingo y Queta, nuestra vecina, subió cuando salió del hospital de trabajar. Fue entonces cuando le dijo a mi madre: “si no mejora, ¿Por qué no lo llevas al hospital?” Hasta el año anterior, los trabajadores autónomos no tenían seguridad social, tenían que hacerse un seguro médico privado y desde el año anterior que reformaron la ley , nosotros ya teníamos seguridad social. Por la tarde noche de aquel domingo, y en vista de que no se me pasaba aquel ataque, mis padres me llevaron al hospital. Queta, que había trabajado la noche anterior, también lo hacia aquella noche, por lo que al llegar, mi madre fue a avisarla de que estábamos allí. Estaba un poco asustado, yo nunca había estado en un hospital, y aquello impresionaba un poco. Recuerdo que vino Queta con su uniforme y me hizo pasar a una sala donde ella misma me saco sangre para los análisis. Recuerdo que en la sala de espera de urgencias entraron una camilla con una mujer que se había intentado suicidar. La mujer, entre sollozos, al verme les dijo a los enfermeros que no quería estar allí, que yo le recordaba a su hijo y los enfermeros nos pidieron que nos trasladáramos a otra sala, no recuerdo muy bien el comentario de mi madre, pero estoy convencido que no fue nada bueno. A eso de las 12 de la noche, me trasladaron a la 6ª planta y como no había habitaciones, pase la noche en una sala de curas (una especie de mini-quirófano). Al día siguiente ya me pasaron a una habitación, con 5 personas más, de todos ellos, el más joven tenía 49 años y estaba en coma. Aquello me impactó mucho, además a mi izquierda, había un hombretón de unos 75 años que estaba con goteros, oxigeno y que daba la impresión que lo estaba pasando muy mal. Queta nos había hablado de un joven médico trasladado desde Valencia, que había inaugurado el departamento de “Alergología” del hospital. Dos días después de mi ingreso, el Dr. Niveiro me recibió en su consulta. Me hizo una exploración y me abrió un informe: “Paciente de 10 años de edad, con crisis asmática grave, 19 kilos de peso…..” y continuación me hicieron las pruebas de las alergias, que consistieron en 36 pequeños pinchazos en la espalda de las supuestas sustancias que podrían producirme cualquier tipo de reacción alérgica. Esa noche lo pase realmente mal, los pinchazos me escocían mucho y estaba muy inquieto y nervioso. Para colmo de males, el señor de la cama de la izquierda estaba sufriendo mucho y se estremecía de dolor. En uno de aquellos arrebatos, el hombre se arranco los goteros, salpicándome de sangre. Yo que estaba sin poder dormir, el verme manchado sangre hizo que me pusiera todavía más nervioso. Una de las enfermeras que vino a atender al señor de la cama de al lado, al verme así, me trajo un pijama limpio y le dijo a mi madre: “¿por qué no se trae al niño a la sala de enfermeras hasta que se calme y se quede dormido?” Las enfermeras en cada planta del hospital tienen una especie de sala de descanso donde pasan la noche. Mi madre acepto gustosa la invitación y la verdad es que al final, me quede tranquilo dormido rodeado de aquellas amables enfermeras. Cuando por la mañana regrese a mi habitación, el señor de la cama de al lado ya no estaba, y su hijo, recogiendo los efectos personales de su padre, se despidió de mi madre y de mi….y es que mi madre me dijo que el señor había fallecido esa noche. Esa misma mañana vino a visitarme el doctor Niveiro y me firmó el alta, así que a media mañana, mi padre vino a recogeros al hospital. Recuerdo que era día gris, que hacía mucho frio. En la radio del coche, mis padres escuchaban las noticias de cómo iba el referéndum sobre la constitución española y es que ese día era el 6 de diciembre. Recuerdo que cuando llegue a casa mis hermanos no estaban, estaban en casa de Queta y se quedaban allí a comer. Ese día no tenían colegio por el referéndum. Recuerdo que por la tarde, entre informativos de cómo iba la jornada electoral pusieron una película y recuerdo en particular un documental sobre unos submarinistas que se sumergían a los restos del un transatlántico italiano que se había hundido en los años 50, el Andrea Doria…..aquel documental me fascino, y la historia de aquel barco me cautivo. Por la noche recuerdo toda la programación especial que dieron y como hasta bien entrada la noche no empezaron a dar los primeros resultados del referéndum, y que por supuesto, la mayoría dijo sí. España ya tenía por fin, después de muchos años, una constitución.


Del resto de aquel diciembre solo recuerdo que ya no fui en todo el mes al colegio, que llego mi onceavo cumpleaños algo deslucido ya que seguía recuperándome en casa y me habían impuesto un duro régimen por mis alergias alimenticias, que llego la primera navidad en la nueva casa, que en el salón que lo teníamos casi siempre cerrado, Ramón nos hizo un Belén precioso, que como siempre, mi abuela nos dio la Nochebuena con la típica pelea con mi padre por una estupidez y como no, las campanadas de Nochevieja, iluminándose las bombillas en la fachada del reloj de la Puerta del Sol de Madrid formando “1979”…..