lunes, 1 de octubre de 2007

1974 (VI) UN METEORITO, DON JUAN TENORIO Y EL 20 DE NOVIEMBRE

Fue algo muy raro, curioso y extraño. Era de noche, posiblemente no fuera en septiembre, quizás fue en primavera. El caso es que estaba asomado a la ventana del salón de mi casa, estaba mirando al cielo, hacia una noche muy bonita, las estrellas y la luna se veían perfectamente. De repente, vi caer “algo” como una bola incandescente pero de un extraño color verdoso, no debía de ser muy grande, y que caía del cielo en dirección a la parte de atrás del campo de fútbol que teníamos delante de casa. Llame enseguida a mi padre, pero cuando él llego, ya no se veía nada. Mi padre me dijo que a lo mejor aquello podría ser un “meteorito”.
También recuerdo que una de esas noches, mi padre llego de trabajar con la Bultaco, y mientras se estaba lavando en el cuarto de baño, desde la calle la escuchamos como la ponían en marcha, y al asomarnos, vimos como se alejaba el ladrón con ella, a pesar de los gritos de mi padre desde la ventana. No la volvimos a ver, aunque mi padre, un tiempo después, volvió a tener otra moto
Aquellas primeras tardes de otoño en el colegio las recuerdo con cierta nostalgia. Desde las grandes ventanas del aula, veíamos caer las hojas de los árboles. En el libro de ciencias naturales, que se llamaba creo recordar, “Cosmos 1º” aparecía en una de las primeras lecciones, las distintas estaciones del año, primavera, verano, otoño e invierno, y venia un dibujo de un niño en la misma posición, pero vestido de diferente manera según la estación. Doña Margarita, era una profesora muy agradable, ordenada, y recuerdo que por las mañanas, siempre con una letra impecable y bonita, ponía en el extremo de la pizarra, a la derecha, siempre la fecha: “Miércoles, a … de octubre de 1.974”. En ese otoño también hice un descubrimiento importantísimo que iba a cambiar mi percepción de las cosas. Me sentaba al lado de un compañero llamado Oscar, enseguida nos hicimos buenos amigos. Oscar era un niño muy divertido y algo caradura, y por lo que supe también, muy espabilado para su edad. Él fue quien me enseño los secretos de la vida y el amor (vamos, que me explico con pelos y señales lo que era “hacer el amor” o dicho más vulgar: “follar”). También recuerdo a una tal Margarita, rubia, muy rubia, que me reía mucho con ella. Y Eva, yo en aquella época sentía un amor platónico por ella. En esa época más o menos, se me había caído un colmillo de leche, y al volverme a salir ya mi colmillo “adulto” me salio en mitad de mi paladar. Eso significo que me pusieron un aparato para corregir mi dentadura, y que lleve hasta los 14 años, un auténtico martirio, del que todavía tengo secuelas (no piso la consulta de un dentista ni muerto). Recuerdo el primer día que fui al colegio con el aparato, y que Margarita y Eva, en el patio durante el recreo se pelearon porque una decía a la otra a quien le había dicho primero mi secreto. Recuerdo a mis compañeros, Mari-Carmen Barrios, muy dulce, Julián, primo de Oscar, también nos hicimos amigos, Mateo, otra Margarita, hija de mi profesora, Ana, Javier; es curioso, me acuerdo de más gente de la que pensaba.
En Noviembre siempre era costumbre coincidiendo con la festividad de todos los santos, que en televisión pusieran “El Tenorio”. Recuerdo una de esas tardes, en casa, como mi bisabuela, Emilia, nos preparo unos tazones de chocolate y nos hizo “picatostes” para mojar en el chocolate (los picatostes no eran más que una barra de pan, cortada en rebanadas y que se fríen en una sartén con aceite, luego, mi bisabuela espolvoreaba algo de azúcar.) También era típico preparar torrijas, que es muy parecido al picatoste, pero algo más laborioso (llevan leche y huevo…) Unos días después de aquello, en clase, Doña Margarita, puso como siempre, la fecha, y a continuación saco de su bolso una caja con tizas “de colores”. Yo hasta entonces, solo conocía las tizas blancas, por eso, ver esos colores en la pizarra me fascino. Empezó un dibujo que no entendí muy bien, era como una especie de lápida, con una cruz y detrás había un sol resplandeciente con un montón de pájaros volando por el cielo. Nos hizo copiar aquel dibujo y nos hablo de un hombre muy bueno que unos muy malos habían matado, y que por eso teníamos que recordar su sacrificio. Era un tal “JOSE ANTONIO PRIMO DE RIVERA” , algunos años más tarde, lo entendí todo.
Otra cosa que ahora me ha venido a la mente, es que muchos días, mi padre venía a comer a casa a eso de las 2 y media de la tarde, y que como nosotros entrábamos por la tarde al colegio a eso de las 3, pues nos llevaba en coche al colegio. A veces en el famoso 1500, que por aquel entonces mi padre lo había llevado al chapista para reparar la chapa, que estaba algo deteriorada, y aprovechando el momento, decidió pintarlo de un azul turquesa que visto ahora, le favorecía bien poco, aunque en ese momento, me pareció el color más bonito que podía tener un coche. Otras veces, se traía algún coche que en ese momento estaba reparando, por eso yo presumía ante mis compañeros de los coches que tenia mi padre. Recuerdo un Volkswagen Escarabajo descapotable, un Opel GT, un Alpine A108 y por supuesto, muchos Seat 850, Minis y Renault 8. Recuerdo también que por aquel entonces, mi padre tenía un amigo, Tony, que estaba metido en el mundo del toreo, era mozo de espadas de un famoso torero de esta tierra, y ganaba bastante dinero. Como afición le gustaban los coches, y como viajaba mucho, a veces encontraba coches algo “raros” (coches de importación) aquí en España, los compraba y mi padre se dedicaba a restaurarlos, y luego los vendían a buen precio.
Y por fin, llegamos a diciembre de 1.974, ¿habré encontrado lo que buscaba?........

5 comentarios:

JuanMa dijo...

¡Ejem! se le ha olvidado la fecha estelar. Y no me refiero al 20 de noviembre. Oiga, tenia usted el colegio lleno de margaritas, no tendría problemas en saber si "me quiere o no me quiere".

No sé si habrá encontrado lo que buscaba, pero yo no estoy muy seguro, de modo que puede usted continuar con otro año, verbigracia: el 75, que tuvo un 20 de noviembre mucho más memorable.

Unknown dijo...

tan estupendo como siempre... por cierto que pensé lo mismo que Garfio. que siga buscando en el 75,y q ese 20N fue histórico.

"me debe" una visitilla... jeje

Besos. Angie

El vulcano dijo...

Garfio: Ya sabe que en los artículos del 74 no pongo fecha estelar....Lo de las margaritas quizás explique un par de cosas...tanta flor empacha. Pues nada, me animare con el 75, seguro que saco cosillas interesantes. No se si la jefa anoche le conto algo, para ser un Vulcano, soy de un torpe con las nuevas técnologias, pero claro, ¿que diria Freud de esto? ja,ja,ja. Saludos.
Angie: Hoy mismo, sin más demora, ja,ja,ja, y creo que si, que seguire con el 75...también me pasaron cosas muy interesantes.

JuanMa dijo...

Sorry. No me había dado cuenta de lo del 74 y la fecha estelar. No me contó nada de nada, cuando la vea le aplicaré el tercer grado a ver qué tal. Vamos a por el 75.

El vulcano dijo...

Garfio: Si, ya estoy empezando a perfilar el 75....no le aplique el tercer grado, quizás no ha querido ponerme en mal lugar, porque el "incidente" es de lo más subrrealista que me ha pasado. Ya se lo contaré yo en "petit comite" Saludos.