jueves, 30 de octubre de 2008

1977 (I) 625 Lineas de Color

En aquel enero de 1977 había cierta incertidumbre sobre lo que se acababa de aprobar, la ley de reforma política. De hecho, mucha gente no sabia muy bien que era aquello de “que la soberanía de un estado reside en el pueblo”. Por otro lado, a pesar de la amnistía del 30 de julio del año anterior, todavía existía la ley de censura en la prensa y los partidos políticos todavía no estaban legalizados, y menos, por supuesto, el partido comunista. En ese ambiente yo con apenas recién cumplidos los 9 años, seguía dando clases de catequesis y me estaba preparando para en esa primavera tomar mi primera comunión. En aquellas clases tanto Don Vicente, nuestro párroco como Feli, la mujer que se encargaba de la catequesis, nos daban charlas y a veces se les escapaba ese miedo que en sectores más reaccionarios tenían a los cambios que se estaban produciendo en nuestro entorno. Todo esto contrastaba con el ambiente liberal que se respiraba en nuestra casa. Las revistas Interviú circulaban libremente por el salón de casa, y yo estaba harto de ver a aquellas mujeronas como Dios las trajo al mundo, o bien, recuerdo un viernes que mi madre nos advirtió que si el cura nos preguntaba que habíamos comido, que dijéramos que pescado y verduras. Luego con el tiempo mi oí a mi madre hablar con una vecina y decirle que “mi hijo esta enfermo, y yo le doy carne y proteínas que le vienen muy bien, y a mi ninguna creencia me va a hacer que cambie los alimentos a mi hijo, lo primero es él” Entonces lo entendí.



Mi padre más o menos por aquella época se deshizo del Mercedes, con gran disgusto para mí, aquel coche me gustaba muchísimo. Bastantes fines de semana se marchaba a pescar, su nueva afición, y claro, el domingo por la mañana, regresaba con un cubo lleno de peces….creo que ha sido la época de mi vida que más pescado he comido. Recuerdo como a nuestro gato, Pochete, un día le dimos uno de aquellos peces muertos para que teóricamente, se lo comiera. El gato jugo con el cadáver del pez por todo el pasillo, hasta que se canso y lo dejo en una esquina. Esos domingos, mi padre se acostaba nada más llegar y no se levantaba hasta la hora de comer, con lo cual, aquellos paseos en coche que dábamos los domingos por la mañana se acabaron en aquella época. Elisa y yo, después de desayunar, nos íbamos solos a la iglesia a oír la misa como buenos catequistas.


A finales de enero se produjo un hecho verdaderamente lamentable y que forma parte de la historia de nuestra transición política. La matanza de los abogados laboralistas de la calle Atocha fue un verdadero impacto y duro golpe a ese proceso que se estaba fraguando. Yo ya empezaba a sospechar por lo que oía de las conversaciones de mis padres y de sus amigos, que aquellos “elementos” todavía llamados subversivos no eran tan malos como los pintaban en los medios “oficiales” de comunicación. Todavía recuerdo como cuando se hablaba del ilegal partido comunista, de un tal Santiago Carrillo, mis padres se miraban y se sonreían.



Antes de semana santa, mis padres formalizaron la compra del piso nuevo, que estaban construyendo en el antiguo campo de futbol del Hércules C.F., el Campo de la Viña, abandonado desde que unos años antes se construyera el estadio José Rico Pérez. La promoción de esos pisos la estaban llevando el propio José Rico Pérez, empresario y promotor inmobiliario alicantino de gran renombre y presidente del equipo futbolístico antes mencionado y Enrique Berenguer Espasa, otro empresario y promotor que casualmente era el padre de mi tía Helen. Supuestamente para principios de 1978 estaría terminado. También por aquella época mi padre se compró otro coche, una ranchera SEAT 1400-C de color gris marengo con el techo blanco. Aquel coche había pertenecido a un matrimonio Holandés afincado en Villajoyosa y que él era paralítico y su mujer era quien conducía tan aparatoso vehiculo. Realmente el coche tenía poquísimos kilómetros y estaba como nuevo. Y por ultimo, la gran novedad fue que cambiamos el viejo televisor en blanco y negro por un Normende, alemán, y en COLOR, por fin entraba el color en nuestra casa. Recuerdo aquella primera tarde de sábado, cuando todos mis vecinos pequeños vinieron a ver la serie “Marco” en color a mi casa. Recuerdo aquellos primeros programas que vi en color, desde entonces, la televisión gano en espectacularidad para mi. Recuerdo la serie “La mujer policía” con una estupendísima aunque ya algo madura Angie Dickinson y recuerdo también un programa que era como un resumen semanal de la programación que hacían los domingos por la tarde y que lo presentaban José Antonio Plaza y Paca Gabaldon (actriz antes conocida como Mary Francis), el programa “625 líneas”. Más tarde este programa lo presentaría Mayra Gómez Kemp….


En plena semana santa de aquel 1977, entre rumores y legalizaciones de partidos políticos para las inminentes primeras elecciones democráticas en junio, salio en el telediario presentado por Lalo Azcona la noticia de que habían legalizado el partido comunista…..

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